100 días Evelyn Salgado


Celestino Cesáreo Guzmán // A lo largo de estos cien días, desde mi militancia perredista he evitado emitir pronunciamientos políticos sobre las acciones del gobierno que encabeza Evelyn Salgado Pineda, a pesar de que en este tramo, han ocurrido situaciones que son de interés público susceptibles de ser analizadas.

Muchos perredistas hemos otorgado un voto de confianza que no significa un cheque en blanco, porque nos asumimos como un partido de oposición pero que no busca obstaculizar al gobierno entrante.

Lo cual por supuesto no significa que habremos de renunciar a hacer los señalamientos que sean pertinentes, siempre en defensa de los guerrerenses.

Hay cosas que son inocultables y se discuten en la plaza pública, como el cuestionamiento de quién toma las decisiones en el gobierno de Guerrero.

Las largas filas de solicitantes de empleo en la casa y en la oficina del senador Félix Salgado, el inédito episodio para designar a la titular de la Fiscalía de Guerrero, así como la licencia a su cargo del senador para ‘recorrer’ el estado, no hacen sino aumentar las especulaciones al respecto.

Las propias aclaraciones que ha realizado la gobernadora a la prensa, de que es ella quien toma las decisiones, simplemente no deberían de ser.

¿Con quién se establecen los acuerdos políticos para la gobernabilidad?, ¿a quién se recurre para las gestiones de obras y servicios? Muchos ya conocen la respuesta.
La gobernadora ha tenido que librar dificultades financieras a través de empréstitos y apoyos federales.

Del discurso en su toma de protesta a la realidad en la toma de decisiones encontramos algunas inconsistencias.
Como la reducción por 20 millones de pesos a la Fiscalía General del Estado, mostrando una visión muy parcial, de cómo se debe atender el problema de la inseguridad y la violencia en Guerrero.

Es simbólico y para la reflexión, los hechos de violencia que hubo en Guerrero, en las horas previas de cumplirse los primeros 100 días.

Que su gobierno lo guíe bajo los principios que rigen su actuación política para que el patrimonio de los guerrerenses sea siempre para los guerrerenses. Que sepa contener los excesos y abusos familiares.

La gobernadora goza de buena aceptación en la sociedad de Guerrero, su apertura y sencillez le hacen ganar voluntades.

Deberá tener mucha paciencia para atender las movilizaciones de los grupos sociales, y ser gestora constante ante la federación, que, al parecer, al fin volteó su mirada a Guerrero.

Ojalá que la gobernadora como ha dicho, se quite la playera partidista y no se deje acorralar por intereses políticos, de grupo y familiares.

Que sepa escuchar, que sepa corregir, que genere condiciones y propiciar un entendimiento transparente con las diferentes fuerzas políticas.
Siempre por el bien de Guerrero.