Por Fausto Ramírez Altamirano || Samuel Reséndiz Peñaloza y Carlos Guerrero Tejeda son dos personajes resentidos e inconformes por los resultados de las pasadas elecciones electorales. Estos personajes hoy pretenden erigirse como los salvadores del PRI con su denominado Movimiento de Renovación Total.
En realidad, la intensión de los citados personajes es desprestigiar a todos los dirigentes priistas que en el pasado reciente les brindaron la oportunidad de escalar y crecer dentro del partido, convirtiéndose en representantes populares.
Tras la derrota del 6 de junio, muerden las manos de quienes los arroparon para estar en mejores posiciones que otros militantes que hacen la “talacha” partidista. despotrican contra René Juárez Cisneros, Gabriela Bernal, Manuel Añorve, Sofío Ramírez, Héctor Apreza, Rodolfo Escobar, incluso, contra Ricardo Taja y Mario Moreno, llamándolos cartuchos quemados.
Han deslizado incluso que pedirán la cabeza del nuevo dirigente cetemista en Guerrero, Rodolfo Escobar Ávila.
Samuel y Carlos alegan que sus intenciones son meramente altruistas y en beneficio del partido, pretendiendo ocupar ellos los cargos de Héctor Apresa Patrón y Sofío Ramírez Hernández, en las dirigencias del estado y el municipio de Acapulco. El colmo es que de pendejos no los bajan en sus reuniones públicas.
Los falsos redentores priístas despotrican incluso contra el ex gobernador Ángel Aguirre y el dirigente perredista Beto Catalán, quienes fueron artífices para lograr la alianza política PRI-PRD.
Samuel Reséndiz y Carlos Guerrero, son traidores al más elemental principio de lealtad del ser humano. Por un lado se vanaglorian en conferencias de prensa “a modo”, para llamar la atención de la alcaldesa electa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, a quien pretenden sorprender para infiltrarse en el Ayuntamiento.
Carlos Guerrero, quien era de todas las confianzas del rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro.), Javier saldaña Almazán, ahora pretende hacer equipo con el coordinador general de la Zona Sur, Efrén Arellano Cisneros.
Tanto Samuel como Carlos dicen reconocer el esfuerzo de los pasados candidatos a la gubernatura y la alcaldía porteña, Mario Moreno Arcos y Ricardo Taja Ramírez; pero en privado revelan acuerdos secretos y cuánto gastaron en sus campañas con pelos y señales.
Samuel Reséndiz no solo traicionó al partido en general, sino particularmente al senador Manuel Añorve Baños, al gobernador Héctor Astudillo Flores y al mismo dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, porque esas negociaciones que hoy hace a la sombra con los dirigentes de Morena y gente cercana de la alcaldesa electa, para buscar hueso en el Ayuntamiento de Acapulco, no son espontáneas.
Ambos sujetos son desleales al partido que los llevó a ocupar puestos públicos y ahora pretenden desestabilizarlo con la creación de un movimiento democratizador patito, quieren a través de mentiras quedarse con la dirigencia del mismo haciendo a un lado a verdaderos líderes del PRI.