Contexto Político || Evodio, el FAM y los caciques del PRI

Por Efraín Flores Iglesias // El Partido de la Revolución Democrática (PRD) es una institución política con fuerte presencia en el estado de Guerrero y en 2024 presentará a sus mejores perfiles para importantes cargos de elección popular.

Desde 2015 le han decretado su defunción política (pérdida de registro ante el Instituto Nacional Electoral), pero los perredistas siguen luchando en sus municipios y distritos. 

Es cierto, en las últimas dos elecciones han sufrido, al igual que sus aliados del PRI y del PAN, una disminución en su padrón de militantes, ya que muchos de ellos emigraron hacia Morena, el PT y el PVEM.

El “efecto AMLO” y la marca “Morena” les afectó seriamente en 2018 y 2021. Pero la elección de 2024 no será un día de campo para el partido del presidente de la República. Habrá competencia. 

Morena tiene tres grandes ventajas: el uso clientelar de los programas sociales, la intervención de algunos de sus gobernadores en los últimos procesos electorales y el papel de jefe de campaña que realiza diariamente el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Los opositores, en cambio, tienen como principales ventajas: la división al interior de Morena, una coordinadora echada para adelante y que ha sabido resistir los ataques del actual inquilino de Palacio Nacional y los escándalos de corrupción cometidos por algunos funcionarios de la 4T.

El gran problema que enfrentan en este momento los partidos y las organizaciones civiles que integran el Frente Amplio por México (FAM) es la disputa de las candidaturas al Senado. Todos quieren ir a la cabeza en estados clave.

En Guerrero, por ejemplo, los caciques del PRI, no quieren que el PRD, su otrora adversario histórico, sea el que encabece la primera fórmula al Senado, a pesar de que en 2021 los perredistas aceptaron que Mario Moreno Arcos fuera su candidato a la gubernatura.

El PRD arropó a Mario Moreno, mientras que algunos priistas apoyaron en lo oscurito a Morena.

Recordemos que fue el propio candidato de la alianza del PRI-PRI quien un mes después de la elección del 6 de junio, se reunió en el puerto de Acapulco con un grupo de priistas, en donde aseguró que el PRI en Guerrero es rehén de cacicazgos que deciden candidaturas a cargos de elección popular.

Esto lo señaló al acudir como invitado especial del grupo “Amigos de Acapulco”, que encabezó el ex alcalde de Chilpancingo y ex dirigente estatal del PRI, Efrén Nicolás Leyva Acevedo.

Mario Moreno reprochó que, luego de tres meses de campaña “hubo de todo, desde simulación hasta traiciones…” (El Sol de Chilpancingo, 07-julio-2021).

También aseguró que no impuso un solo regidor en cualquiera de los ayuntamientos de Guerrero, a pesar de que obtuvo la votación más alta que haya tenido el PRI históricamente y aclaró que “tampoco promocionó ni hijos ni sobrinos ni a ningún otro familiar, porque consideró que nada debe ser regalado”

La nota firmada por el reportero Carlos Ortiz generó incomodidad al interior del tricolor. ¡Y cómo no!

Fue la nota de ocho columnas del periódico en mención.

Al día siguiente y en el mismo medio de comunicación, Héctor Apreza Patrón, quien en ese entonces fungía como dirigente estatal del PRI, le respondió a Mario Moreno: “(…) el PRI no es rehén ni está secuestrado por nadie”, y consideró que el ex candidato a gobernador debió expresar sus opiniones “en el tiempo correspondiente, en lugar de esperar hasta ahora”.

El también eterno diputado plurinominal del tricolor defendió a su patrón:

“Yo creo que no hubo ningún acto de traición por parte del PRI”, y rechazó que el gobernador Héctor Astudillo Flores le haya dado la espalda al candidato tricolor.

Las declaraciones de Mario Moreno tuvieron consecuencias políticas. Medio año después, Héctor Astudillo lo vetó para que fuera dirigente estatal del tricolor. 

Y el favorecido fue Alejandro Bravo Abarca, quien en la administración estatal pasada fungió como jefe de la Oficina del gobernador y que recientemente fue señalado en una entrevista por el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza por pedirle un favor para un grupo delincuencial.

El enojo de Mario Moreno no duró mucho. Semanas después reapareció públicamente muy sonriente y abrazado de su otrora verdugo político, así como de otros ex mandatarios estatales de su partido. 

La política es así. Hoy se abrazan y mañana se vuelven a pelear.

La mayoría de los dirigentes de las corrientes del PRD saben muy bien que no son bien vistos por los caciques del PRI.

El propio Efrén Leyva ha señalado que (los priistas) no necesitan a los perredistas ni a los panistas para el 2024, porque “son una carga para el priismo porque no le aportan nada”.

Mientras don Efrén manifiesta su desprecio al PRD y al PAN, los perredistas se han unido en torno al ex presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, para que sea su gallo para el Senado de la República. 

Fue el pasado sábado en una conferencia de prensa realizada en Chilpancingo, donde fijaron un posicionamiento.

“Hoy damos a conocer un acuerdo de unidad por parte de todas las expresiones políticas que integramos el partido a nivel estatal y que tiene que ver con la postura de exigir a la dirigencia nacional la candidatura al Senado, que sea el PRD quien encabece esta candidatura por el Frente Amplio por México (FAM) y hemos acordado por todos que sea nuestro amigo Evodio Velázquez el que pueda representarnos”, manifestó Alberto Catalán Bastida, dirigente estatal del Sol Azteca. 

Evodio Velázquez, por su parte, subrayó que hará un trabajo serio como aspirante al Senado, que será respetuoso de todas las formas de pensar, “donde vamos a acompañar a nuestra dirigencia estatal y nacional en los acuerdos que se tengan que hacer en el marco de la alianza política y partidaria que representamos en el FAM; va a haber propuesta, legitimidad de la propuesta y construcción con los ciudadanos; van a ver a un PRD activo, movido, muy fuerte, que sabe construir en la adversidad”. 

Y enfatizó que trabajará en coordinación con la coordinadora del FAM y próxima candidata a la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez Ruiz

La pregunta es: ¿Resistirán los perredistas las presiones de los caciques del PRI en Guerrero o jalará cada quien por su lado?

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