Zona Cero || Compromisos por la paz en Chilpancingo

Roberto Santos // Guerrero, históricamente ha sido un estado donde la violencia ha dejado profundas cicatrices.

Hablar de paz es más que nunca una una necesidad urgente, una exigencia social y un camino que debemos recorrer colectivamente.

La firma del Compromiso por la Paz de Guerrero por parte del presidente municipal de Chilpancingo, Dr. Gustavo Alarcón Herrera, es una señal clara de que hay voluntad política para comenzar a construir soluciones desde lo local.

Este acuerdo, impulsado por la Conferencia del Episcopado Mexicano, marca un punto de partida relevante para la reconstrucción del tejido social en Chilpancingo.

En una sociedad donde la desconfianza, la violencia y el miedo han alterado la convivencia comunitaria, apostar por la paz no es ingenuidad: es valentía.

El documento firmado consta de siete ejes: reconstrucción del tejido social, seguridad y justicia, juventudes, medio ambiente, reinserción social y derecho.

Son temas urgentes que requieren políticas públicas, participación ciudadana y, sobre todo, coherencia ética.

El respaldo de líderes religiosos y de organismos como el Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, encabezado por el Pbro. José Filiberto Velázquez, fortalece este llamado.

Su presencia evidencia que la paz no es tarea de un solo sector, sino un compromiso colectivo que convoca a iglesias, sociedad civil y gobiernos.

Sin embargo, firmar un compromiso es apenas el primer paso.

Lo que define el rumbo es lo que viene después: la implementación, la vigilancia ciudadana, los presupuestos asignados, y la continuidad de los proyectos.

La paz se construye con hechos diarios, desde el aula, la familia, el espacio público, y también desde las decisiones gubernamentales.

En este momento histórico, Chilpancingo tiene una oportunidad: convertirse en ejemplo de que la paz sí es posible cuando hay voluntad real de cambiar la realidad.

No será fácil. No será rápido. Pero como dijo el propio alcalde Gustavo Alarcón: “la paz no depende únicamente de los gobiernos, sino de todos los sectores de la sociedad”.

Es hora de transformar los compromisos en acciones.

Porque la paz no espera.