Enfoque || El control politico de morena, sin el dominio del poder en gobernar

 

Carlos Díaz Figueroa

La política nacional en morena continúa siendo el campo de los intereses, donde según existe la unidad en una novela de pasión por la ambición, el oportunismo y la rivalidad en la lucha por el control politico en el beneficio particular de ellos

Desde la cúpula partidista es el egoísmo y el mismo bloqueo en paralizar las aspiraciones aún cuando son legítimas, pero es más la avaricia política que construir un proyecto en común para erradicar los fenómenos sociales en México.

Por lo mismo que tienen el control politico en el individualismo, aunque no el dominio del poder, el desencuentro se deriva a enojos personales y mezquindades heredadas por lo anterior y en el presente al interior y exterior del partido.

La línea de dirección está dirigida o gobernada en los caprichos de López Obrador, de lo que viene generando completa inestabilidad en el segundo piso de la llamada transformación en el pais, sin medir las consecuencias de alcance político.

En base a ello, es evidente que las decisiones no se toman en el palacio ni tampoco en la dirigencia nacional, respectivamente, sino en una oficina convertida en rancho (Palenque) al interés y el beneficio propio del ex presidente de la República.

“No hay modo de que Claudia gobierne el país”, es lo que se escucha en la sociedad civil, lamentando la ambiciosa crisis política colapsada en el centro del beneficio y oportunismo por el interés familiar y particular de tal movimiento de izquierda.

La imposición es la práctica de continuidad en esta denominada cuarta transformación llena de beligerancia, lejos de construir un escenario de certidumbre y todo por la obstinación de fondo de unos cuantos en la lucha por el control politico.

En opiniones encontradas dicen que mientras, la presidenta Sheinbaum no separé los deseos personales, difícil podrá mantener gobernabilidad en el país, y que lo único que persevera es una política a modo del incómodo López Obrador.

De igual manera, en la cúpula nacional del partido con un dirigente sin investidura y menos con calidad para sujetar los estatutos y lineamientos conforme a los derechos de forma que en morena se debe tomar, sin enlaces ni intermediarios.

Ahí, la crisis en un campo de intereses en la decisión en el palenque, obstruyendo la dirección y sentido de gobernar desde el palacio nacional y la representación de la cúpula, en la que no hay más poder humano que el interés de Obrador