Zona Cero || La guerra por la sucesión en Acapulco

Roberto Santos // El lema “Hagámoslo Bien”, que alguna vez buscó ser emblema de eficiencia y honestidad en el Congreso de Guerrero, hoy empieza a ser cuestionado.

Lo mismo puede decirse del gobierno de Abelina López Rodríguez, la alcaldesa de Acapulco, quien en lugar de entregar resultados palpables, va dejando tras de sí un tiradero político y administrativo justo cuando su partido, Morena, se complica internamente en la carrera por sucederla.

Los señalamientos hacia la diputada federal Yoloczin Domínguez Serna, ex presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), ha destapado un hoyo negro presupuestal que amenaza con devorar su aspiración política por el puerto de Acapulco.

La información que circula de la Cuenta Pública 2023 del Congreso de Guerrero revela un gasto de 763 millones de pesos, casi cien millones más que sus antecesores.

De ese monto, 90 millones se fueron en “materiales y suministros”: 7.8 millones en artículos de limpieza y 11.1 millones en alimentos.

Cifras abultadas, sobre todo si se considera que las sesiones ordinarias apenas se realizan dos veces por semana.

Los documentales señalan que el Congreso habría gastado 31 mil pesos diarios en comida, generando la sospecha de que los números fueron “maquillados o simplemente inflados.”

Para colmo, la Auditoría Superior del Estado revisó solo el 17 por ciento del presupuesto, dejando fuera más del 80 por ciento del gasto… justo donde se concentran las observaciones más destacadas.

Y pese a la cantidad de recursos, no se previeron los necesarios para liquidaciones del año 2024, un problema que se sigue arrastrando, porque sorpresivamente para ese año, el Congreso recibió un presupuesto menor que el de 2023, señaló en Tribuna el diputado Aristóteles Tito Arroyo.

De confirmarse, estos hechos golpearían de lleno la narrativa de austeridad que tanto defiende Morena, y abrirían un frente de crisis en Acapulco y en el Congreso.

Mientras tanto, Abelina López enfrenta su propio naufragio político.

Con su estilo rudo y confrontativo, ha terminado peleada no solo con la oposición, sino con buena parte de su propio partido.

Morena, que llegó al poder prometiendo “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”, hoy parece hundirse en las mismas prácticas de opacidad y soberbia que tanto criticó al PRI.

El fuego cruzado no da tregua y mientras Yoloczin busca proyectarse como el relevo moral y político de Abelina,
sus cuentas pendientes la persiguen , y “Jacko” Badillo aprovecha para moverse hábilmente entre los escombros para posicionarse como opción viable.

Otra figura de las filas de Morena con amplias posibilidades de suceder a la alcaldesa del puerto, es la diputada Citlali Calixto, quien discretamente trabaja y avanza en territorio.

Mientras algunos morenistas se enfrentan entre sí, Acapulco queda en la lona, con un gobierno que va dejando muchos pendientes, desconfianza y una ciudad exhausta.

Hoy, el partido guinda no solo enfrenta una crisis de nombres, sino una crisis de coherencia. Abelina López se va q buscar la gubernatura dejando fracturas internas y descontento ciudadano; Yoloczin Domínguez ya responde para defender su paso por la Jucopo y su legitimidad para aspirar a suceder a Abelina; y Morena, queda atrapado entre sus propios fantasmas, incapaz de sostener la narrativa del cambio.

Mientras el puerto se queda con la peor de las combinaciones: una alcaldesa desgastada, una sucesión en guerra y una ciudad al borde del abandono.