La entrega de despensas para los damnificados debiera tener una planificación más considerable y viable, toda vez que aún hay familias que no han recibido la ayuda solidaria del gobierno federal.
El gobierno de la República debiera ampliar el programa de entrega de las despensas, a damnificados tras el paso del huracán Otis, ya que puede generar certeza alimenticia a los que aún faltan por adquirir.
Cabe señalar que existe una parte de la ciudadanía con el interés de las despensas, debido a las tarjetas que vienen al interior de las cajas, por lo que se desvirtúa el objetivo de la ayuda.
Derivado de ello, a través del sentido moral y humanitario, la entrega despensas esta significando un avance importante para aquellos que las necesitan ante la situación económica que viven miles de familias.
Aún cuando se comenta que están tirando las despensas en búsqueda de las tarjetas, las reglas de operación implementadas por los militares ha sido de amplio margen, en la que no hay limitación en la entrega del beneficio.
Son mínimos los actos de pésima conducta de parte de la ciudadanía, en pretender darle una mala dirección de imagen donde llegan los víveres, toda vez que el ejército ha dado ejemplo de civilidad.
No se puede dejar de señalar que gente se queda a dormir sobre las banquetas y también hay quienes se aprovechan en vender los espacios, así como sucede con la entrega de los enseres domésticos a los damnificados.
Es decir, el apoyo es necesario por la situación que aún enfrentan familias de escasos recursos, que perdieron viviendas tras aquella madrugada del paso del devastador huracán Otis, en octubre pasado.
Son notables las largas filas que se hacen para recibir las despensas, porque hay quienes se exceden en llevarse de tres hasta cinco despensas y todo por el interés de la tarjeta al interior de las cajas
Por ello, hay quienes consideran que se debiera implementar una estrategia viable para aquellos damnificados que aún no han recibido una sola de las diez mil despensas que se entregan diariamente en puntos en Acapulco.