Roberto Santos // El sonido de la flauta y del tambor que encabeza en tradicional Paseo del Pendón, volvió a recorrer las calles de Chilpancingo, aunque lo hizo de una manera distinta.
Fue más breve, con menos gente, escaso alcohol, y mayor vigilancia que de costumbre.
Este evento que marca el inicio de la Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo en su 200 aniversario, inició este año con ciento de familias chilpancingueñas, danzantes, y visitantes que participaron en el recorrido encabezado por la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, junto con el presidente municipal, Gustavo Alarcón Herrera, así como los integrantes del Cabildo de Chilpancingo.
El operativo de seguridad permitió que la celebración transcurriera con tranquilidad, música y tradición, sin hechos que lamentar.
Sin embargo, hay que destacar que a lo largo del trayecto, hubo huecos visibles por las sillas vacías, tramos sin gente, miradas que observaban desde lejos, debido a la incertidumbre que se generó días antes en la capital.
La espontaneidad que durante décadas definió al pendón, ese ritual colectivo acompañado con alcohol y algarabía, que culmina en la plaza de toros con el porrazo del tigre, fue sustituida por una cautela generalizada.
Junto a la gobernadora y al presidente municipal, caminaron otras figuras de poder, como el presidente de la Junta de Coordinación Política Jesús Urióstegui; el rector Javier Saldaña —mencionado en los corrillos políticos como un posible aspirante a la gubernatura—, y el padre Filiberto Memije, actor clave en los frágiles equilibrios de paz que por momentos permiten que la ciudad respire.
La imagen fue que el Estado acompaña al municipio, para recuperar al menos por unas horas, el control del espacio público.
El pendón también ha funcionado como escaparate electoral anticipado. En el bloque de avanzada caminaron Gustavo Alarcón y Jesús Urióstegui Salgado, perfiles que ya se proyectan rumbo a la disputa por la presidencia municipal de Chilpancingo en 2027.
Así que cada saludo, cada fotografía, cada paso fue leído en clave política. En Chilpancingo, incluso las fiestas patronales se convierten en terreno de posicionamiento.
Así inició la Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo, como una celebración histórica que sobrevive en un ambiente cada vez más complejo y como un acto de resistencia cultural frente a la inseguridad.
Que el pendón se haya podido realizar es, sin duda, una buena noticia. Que haya necesitado tanta vigilancia es la otra cara de la realidad que no se puede obviar.
Ojalá que la alegría que hoy se manifestó, contenida pero firme, logre sostenerse hasta el final de esta conmemoración bicentenaria.