Roberto Santos // Aunque aún faltan dos años para la elección de 2027, el clima político en Guerrero ya comienza a calentarse.
Como suele ocurrir en estos procesos, los primeros movimientos empiezan a revelar hacia dónde apuntan las ambiciones, quiénes podrían ser los elegidos… y quiénes, los descartados.
Un dato curioso —y a la vez revelador— es lo que ocurre con Estela Damián, quien se ha convertido en blanco de una ofensiva en redes sociales.
Desde hace días, enfrenta una embestida digital en la que se le culpa prácticamente de todo: desde la inseguridad hasta… reírse. Sí, reírse.
Según el juicio de una diputada local, en tiempos de violencia hasta la risa debe reprimirse. Siguiendo esa lógica, quizá todos debamos llorar. Aunque ella —con los recursos que gana— bien podría contratar un grupo de plañideras que la acompañen en su indignación moral.
Pero más allá del absurdo, hay una lógica política clara detrás de este linchamiento digital. En política, nada es casual: Estela Damián parece haberse convertido en la favorita a descarrilar. Y si es blanco de ataques, es porque su nombre suena con fuerza para la candidatura al gobierno estatal.
En este tablero, hasta ahora, sólo hay dos jugadoras que pueden tener prácticamente asegurada una candidatura… o al menos eso afirman quienes conocen los amarres del poder.
La primera es Abelina López Rodríguez, quien podría competir bajo las siglas de Movimiento Ciudadano si no consigue la postulación de Morena, algo que parece cada vez más difícil, dado que ha perdido el respaldo de sectores clave dentro del partido oficial.
La segunda es Karen Castrejón Trujillo, senadora y actual presidenta nacional del Partido Verde Ecologista, una fuerza política que ha sabido sobrevivir —y prosperar— al abrigo del poder.
Fue el senador “Toro” quien, en una de sus transmisiones en vivo, la destapó públicamente como candidata…por el Verde.
Un acto que, lejos de ser una simple cortesía política, tiene trasfondo: porque, seamos claros, en política nada es gratuito… ni inocente.
Desde entonces, las especulaciones han florecido en cafés y pasillos:
– ¿Apoyará El Toro a Karen Castrejón si él no es considerado como candidato de Morena?
– ¿Está preparando una ruptura silenciosa con el partido que lo arropó durante años?
– ¿Operará en contra del candidato o candidata oficial en caso de no ser el elegido?
Morena, entonces, podría enfrentarse a una fractura interna que no solo debilitaría al partido, sino también a la persona que termine siendo la apuesta de la presidenta de la República. Porque, guste o no, será ella quien termine inclinando la balanza a favor de quien le garantice el triunfo.
Y en ese contexto, la ofensiva contra Estela Damián cobra sentido. No se trata de críticas espontáneas, sino de una estrategia bien calculada para sacarla del camino antes de que su nombre tome más fuerza.
Lo dicho: en política no hay casualidades. Solo jugadas. Algunas más evidentes que otras.