SE PRONUNCIA EL NUEVO OBISPO DE LA DIÓCESIS CHILPANCINGO-CHILAPA PORQUE EL GOBIERNO DIALOGUE CON GRUPOS DELICTIVOS

Marcial Campuzano // El nuevo obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa José de Jesús González Hernández, se pronunció porque el gobierno dialogue con grupos de la delincuencia organizada para lograr la pacificación de algunas zonas del estado, aunque admitió que para él será un desafío “hablar con el hermano que mata, que roba y que extorsiona”.

También dijo que buscará mantener una relación de diálogo con el gobierno buscando la conciliación si hay algún distanciamiento, y pidió a los gobernantes que no se corrompan, que no se enriquezcan porque fueron electos para velar por el pueblo.

Monseñor José de Jesús González tuvo hoy un primer acercamiento con los medios de comunicación, antes de tomar posesión de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa en sustitución de monseñor Salvador Rangel Mendoza quien se retiró del cargo por la vía de la jubilación.

En conferencia de prensa que ofreció acompañado del obispo Salvador Rangel, Fray Chuy como dice que lo conocen en otras partes del país, dijo que no conviene que el gobierno, la iglesia y el pueblo estén distantes porque todos “necesitamos estar unidos” porque de otra manera no pondrán ser remediados los males”.

Como ejemplo citó la pandemia del covid-19 que tumbó y asustó a todos porque nadie estaba preparado para enfrentarla. Dijo que de ser necesario buscará la reconciliación a través del diálogo “que es para hacer amigos porque es muy feo caminar divididos, eso no se puede porque ni una ni otra parte se sienten bien”.

“Si hubo descalabros y enemistades se debe de construir la amistad, yo por lo pronto así llegaría con las instancias”, indicó.

Al preguntarle si promoverá un diálogo entre el gobierno y miembros de grupos delictivos para pacificar el estado de Guerrero, como en reiteradas ocasiones lo propuso el obispo Salvador Rangel Mendoza, monseñor José de Jesús González admitió que los humanos nos asustamos porque “las armas tienen balas, hacen agujeros y la gente muere”.

Sin que los comentarios asusten, dijo, monseñor se pronunció por llegar al diálogo entre el gobierno y grupos delincuenciales, pero no hacerlo con quienes estén drogados “porque ahí no se puede dialogar, ahí es correr porque ahí no se dialoga porque ya drogados el diálogo no funciona”.

Aceptó que hay una crisis grande en la que en ocasiones ni el diálogo funciona y sólo quede echar la bendición.

José de Jesús González manifestó incluso que aprendería de monseñor Salvador Rangel Mendoza para dialogar con miembros de grupos delictivos. Citó que San Francisco de Asís dejó buenas enseñanzas cuando dialogó con el hermano lobo que mataba para comer y todos querían matar al lobo. Dialogó con el lobo a quien dijo que ya no matara y que él le daría de comer, y que el lobo estuvo de acuerdo.

Dijo que como franciscano será un desafío hablar con el hermano que mata, que extorsiona o roba, pero que sería bueno saber por qué optaron a dedicarse a esas actividades.

Se pronunció porque aunado al diálogo, el gobierno aporte recursos económicos para ayudarle a la gente a producir para que busquen sus alimentos, lo cual podría contribuir a disminuir la violencia.

Al respecto monseñor Salvador Rangel Mendoza insistió en que el diálogo de delincuentes y narcotraficantes con el gobierno ayudará porque es positivo.

Aclaró que aún no habla directamente con miembros de grupos delictivos, pero citó que sería importante escucharlos, conocer sus opiniones y sus razones, porque de esa forma se ha logrado en otros lugares pacificar y salvar muchas vidas”.

“Ojalá y se dé este diálogo con el gobierno, no quiero hablar mucho de ésto, pero creo que tanto a los delincuentes como al gobierno lo que les conviene es que estemos callados, y los medios de comunicación entre menos digan son más simpáticos”, agregó.

Recordó que en el país han sido asesinados muchos periodistas por hablar. “Yo me pongo en los zapatos de ustedes cuando he hablado cosas que no convienen dentro de los políticos o dentro de los narcotraficantes, y es cuando se me han echado encima, entonces lo peor que podemos hacer tanto yo como ustedes es que nos quedemos callados”.

En otro tema el nuevo obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa se pronunció porque haya en Guerrero y en el país iglesias autóctonas que sean atendidas por sacerdotes y obispos emanados de los pueblos originarios, de las comunidades indígenas. Informó que ese planteamiento se lo hizo al papa Francisco.

Consideró que es necesario que la Iglesia Católica ordene a más sacerdotes indígenas, que haya más religiosas y religiosos seminaristas de los pueblos originarios sin quitarles nada porque lo tienen todo.