Contexto Político || El gran reto de Julián López

Por Efraín Flores Iglesias // Dirigir y fortalecer a un partido político opositor en la era de la Cuarta Transformación (4T), no es una tarea sencilla, pero tampoco imposible.

Se requiere de un buen líder y de un gran equipo que resista los embates del poder. Y lo más importante: tener credibilidad y calidad moral para cuestionar los yerros de los que gobiernan actualmente.

La mayoría de los dirigentes partidistas tienen la cola corta y la lengua larga. Los del PRI son un claro ejemplo. Por eso ya casi nadie les cree.

Un buen dirigente partidista es el que sabe oír. Hay muchos políticos que sólo saben oírse a sí mismos, pero no a los demás. Bien lo dijo el maestro Agustín Yáñez –en el siglo XX– en su libro “La formación política”: “Su vanidad y suficiencia se los impide”.

El escritor español José Martínez Ruíz, más conocido por su seudónimo “Azorín”, lo señaló también en su magnífica obra “El Político”:
“Una de las artes más difíciles es saber escuchar. Cuesta mucho hablar bien; pero cuesta tanto el escuchar con discreción. Entre todos los que conversan, unos no conversan, es decir, se lo hablan ellos todo; toman la palabra desde que os saludan y no la dejan; otros, si la dejan, nos acometen con sus frases apenas habéis articulado una sílaba, os atropellan, no os dejan acabar el concepto; finalmente, unos terceros, si callan, están inquietos, nerviosos, sin escuchar lo que decís y atentos sólo a lo que van ellos a replicar cuando calléis…”.
La prudencia y paciencia son virtudes básicas que debe poseer un buen político y el que aspire llegar a la cima del poder.

La mayoría de los políticos son impacientes e imprudentes. El poder los ciega y los marea. Y lo vemos con los dirigentes de Morena y algunos servidores públicos estatales y federales que presumen ser parte de eso que llaman 4T.

La elección de 2024 está a la vuelta de la esquina. Y no será un día de campo para Morena, como tampoco para la alianza “Va por México” (PAN-PRI-PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), el partido que a través de sus dirigentes han manifestado que no harán alianza con otras fuerzas políticas.

MC gobierna actualmente dos importantes entidades de la República: Jalisco y Nuevo León. Y tiene representantes en el Congreso de la Unión.

Su decisión de no postular candidatos en la elección de este año en Coahuila y el Estado de México ha sido seriamente cuestionado por el PRI y otros partidos opositores, al señalar que se trata de una estrategia que beneficia a Morena.

Los dirigentes de MC argumentan que mejor irán solos en 2024 y no mal acompañados. Tal vez tengan razón porque ir en alianza con un partido tan desacreditado como el PRI, en lugar de favorecerles política y electoralmente, les perjudica.

El PRI de “Alito” Moreno Cárdenas y de varios ex gobernadores corruptos perjudican también al PAN y a lo poco que queda del PRD.
Movimiento Ciudadano es un partido que ha ido ganando espacios de poder en los últimos seis años.

En Guerrero han gobernado importantes municipios (Acapulco, Coyuca de Benítez, San Luis Acatlán, entre otros) y han llegado tener cuatro representantes en el Congreso local.

Actualmente, no tienen ningún representante en la LXIII Legislatura local. Les fue mal en la elección de 2021, pero están resurgiendo y trabajando fuertemente en el territorio.

En el Cabildo de Acapulco representan la segunda fuerza al contar con cuatro regidores, superando al PRI que solamente cuenta con dos: los júniors Manuel Añorve Aguayo y René Juárez Albarrán.

La designación el pasado 6 de mayo del acapulqueño Julián López Galeana como dirigente estatal de MC en Guerrero, fue una atinada decisión de la Coordinación Ciudadana Nacional de ese instituto político.

Julián López es un actor político con una trayectoria intachable en el ejercicio público y ha sabido ganarse el respeto de ex gobernadores, ex presidentes municipales, legisladores y dirigentes de otras fuerzas políticas.

También cuenta con la confianza de los militantes y dirigentes nacionales de su partido. Y eso le favorece políticamente, ya que no todos los dirigentes de los partidos políticos en la entidad cuentan con la confianza y respaldo de la militancia que representan. Algunos son repudiados porque sólo representan los intereses de los ex gobernadores que los impusieron en el cargo, como es el caso del priista Alejandro Bravo Abarca.

El reto para Julián López es enorme. Pero MC es percibido por los ciudadanos como una buena opción para las elecciones de 2024.

Abrirles las puertas a ciudadanos libres y a militantes de otros partidos políticos que han sido ninguneados por sus actuales dirigentes, es una buena estrategia para que MC se fortalezca en Guerrero.

Julián López se reúne diariamente con importantes actores políticos y líderes de organizaciones sociales para dialogar y buscar coincidencias para que a la entidad le vaya bien en 2024. No es un dirigente pleitista. Sabe escuchar y le gusta hacer trabajo en el territorio.

Ojalá no le abra las puertas de su partido a personajes cuestionados por actos de corrupción o que tengan nexos con los criminales que generan zozobra en las ocho regiones de la entidad.

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