Teniendo como fondo un concierto musical de cánticos navideños, escribo estas líneas en este día tan especial para gran parte de la humanidad, por la Natividad de Jesús de Nazareth, llegada divina simbolizada en la “Luz del Mundo”, con proyección a nuestra era en diversos cultos religiosos.
La Nochebuena es una extraordinaria celebración familiar, motivo de reflexión, alegría o tristeza, expresándose los mejores deseos de buena ventura a los seres queridos y a los hombres y mujeres de buena voluntad.
El momento histórico que vive la humanidad, México y Guerrero, en particular, es una etapa crítica, convulsionada y difícil, para infinidad de familias, en aspectos elementales consagrados en derechos universales, extraviados por la descomposición social y la inefectividad de la estructura institucional, no satisfactoria de las legítimas aspiraciones humanas, aún así, la esperanza permanece.
Estar inmersos en este panorama, impacta en mayor o menor medida, en las condiciones climáticas, económicas, sociales, ambientales y políticas, trastocando la normalidad o cotidianidad que a todos nos gustaría vivir.
Desde una óptica optimista los mexicanos y guerrerenses, no hemos perdido la capacidad de asombro, no obstante nuestra capacidad de resiliencia puesta a toda prueba, reaccionando favorablemente para superar fenómenos climáticos, sísmicos y sociales descomunales, siempre latentes en algunas épocas del año.
Ni estas fechas escapan a las amenazas de diversa naturaleza, tendientes a romper la armonía y tranquilidad que debiera prevalecer en todas las épocas del año, como finalidad primordial de la convivencia humana y pacífica.
Hagamos lo que nos corresponde, nuestra mejor contribución a generar un orden global y nacional, sin sobresaltos, sin miedos y temores, a la construcción de un hábitat más perfectible y satisfactorio, en todos los sentidos.
La venida de Jesús de Nazaret, sea el aliciente efectivo para renovarnos y ser mejores en el transcurrir de la existencia, para realmente tener una Feliz Navidad y Nochebuena y no solamente quede en buenos deseos.
Marea Baja.- No todo es malo en la viña del Señor, o mejor dicho, en el H. Ayuntamiento de Chilpancingo, que preside el doctor Gustavo Alarcón Herrera, quien en un gesto humanista les llevó pizas a cientos de jóvenes capitalinos que desde el mediodía comenzaron a congregarse en la plaza central, para ocupar los mejores lugares, a fin de admirar al rapero, cantante y compositor de moda, conocido como “El Malilla”.
Al percatarse de la presencia del nutrido numeró de chamacos, que llegaron desde temprano para apartar los mejores lugares del evento, el alcalde capitalino ni tardo ni perezoso ordenó se les invitara decenas de pizas para que aguantaran con más ganas la espera del afamado artista, ganándose el aplauso generalizado y el reconocimiento de la juventud chilpancingueña. Un punto para el doctor Alarcón Herrera.
Marea Alta.- En vista que la relación de merecedores a reconocimientos a luchadores sociales aprobada por el Consejo Universitario había quedado incompleta, corrigieron la plana e incorporaron a más personajes, sin embargo, quedaron excluidos Carmelo Cortez Castro y Fernando Pineda Ménez.
El Consejo Universitario aprobó adicionar a las siguientes personas: Alejandra Cárdenas Santana, Demóstenes Lozano Vadovinos, Gregorio Fernández Brito y Othón Salazar Ramírez. El homenaje se llevará a cabo en la Alameda Granados Maldonado, el próximo 30 de diciembre, con motivo del 65 aniversario de la masacre de Chilpancingo.
Maremoto.- Siempre existen personas interesadas por razones políticas o personales, en tergiversar las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, referente al nombramiento de la abogada chilpancingueña, Esthela Damián Peralta, designada Consejera Jurídica del Ejecutivo Federal, por la mandataria nacional.
Está claro que todos los nombramientos presidenciales sin excepción, son permanentes o definitivos, excepto cuando son encargados de Despacho. No existen nombramientos temporales, ni de ningún otro tipo. No se valen las interpretaciones tendenciosas o mal intencionadas.
Los funcionarios designados podrán ser removidos o renunciar a sus cargos, cuando así lo estimen conveniente para desempeñar otros cargos de mayor responsabilidad. Eso no quieren entender francotiradores que pretenden generar desconcierto o confusión en la opinión pública.