Roberto Santos // En México hay quienes siguen creyendo que la división de poderes implica confrontación, y dominio de uno sobre el otro.
Este día jueves, durante la conmemoración del 174 aniversario de la creación constitucional del Poder Judicial del Estado, Guerrero mandó el mensaje de que es mejor la colaboración institucional al avasallamiento.
El acto solemne y protocolario fue un ejemplo de que la coordinación entre poderes no solo es posible, sino imprescindible para consolidar el Estado de Derecho.
La presencia conjunta de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Ricardo Salinas Sandoval, sirvió para destacar que en el estado se optó por la mesura, el respeto y la coordinación.
Salgado Pineda fue enfática: “La justicia no debe ser un privilegio, sino un derecho efectivo”. Su gobierno ha brindado respaldo al Poder Judicial sin menoscabar su autonomía, entendiendo que el verdadero fortalecimiento institucional se construye desde el respeto mutuo.
Así lo evidenció también su afirmación: “Este poder no levantó muros”, en alusión a una judicatura dispuesta a reformarse y avanzar hacia una justicia más humana, más cercana.
Por su parte, el magistrado Salinas Sandoval reconoció que los avances en la administración de justicia no habrían sido posibles sin el acompañamiento del Ejecutivo estatal.
“Construimos, reconstruimos y reforzamos el andamiaje que garantice el efectivo acceso a la justicia”, sostuvo, con la convicción de quien sabe que aún queda mucho camino por recorrer, pero que también reconoce lo ya logrado.
El acto tuvo un fuerte componente humano, porque se entregaron reconocimientos al Mérito Judicial a juezas, jueces, magistradas, magistrados y personal con más de tres décadas al servicio de la justicia.
Un gesto que honra trayectorias y recuerda que, detrás de cada sentencia, hay personas comprometidas con el bien común.
El mensaje que deja esta conmemoración es que el desarrollo democrático no se logra desde la imposición ni desde trincheras ideológicas.
Se construye desde el diálogo republicano, desde la colaboración sin sometimiento, desde la firmeza institucional que no excluye la voluntad política de cooperar.
Guerrero tiene enormes desafíos. La inseguridad, la impunidad, la desigualdad.
Pero también tiene oportunidades que hoy se perfilan con mayor claridad, como la posibilidad de consolidar un sistema de justicia que deje de ser una promesa y se convierta en una realidad cotidiana.
Una justicia que actúe, como dijo la mandataria, desde el compromiso silencioso de quienes trabajan todos los días para que la ley deje de ser letra muerta y se convierta en un instrumento vivo de transformación social.
Lo que hoy ocurre en Guerrero puede y debe ser ejemplo para otras entidades. Porque está claro que cuando las instituciones son fuertes, autónomas y colaborativas, la democracia no solo se preserva: se fortalece.