
A casi dos años de la elección del 2027, el electorado debe centrar y someterse al análisis y la reflexión en razonar el voto a conciencia por encima de las diversas encuestas preferenciales y manipuladoras en la etapa de la contienda.
El ciudadano deberá sujetarse a un examen de moral con lo que realmente es ofertable, toda vez que las propuestas anteriores se han convertido en simulaciones de a mentiras que aún en el presente no tienen efecto de alcance.
Al respecto, el razonamiento del voto no debe llevar el doble enigma al emitir y depositar el sufragio en la urna a través de la compra de conciencia, bajo el chantaje, manipulación y en las falsas ofertas electorales planteadas.
Sino, al contrario, el libre derecho del voto se debe emitir con un criterio propio de fondo en dirección y replicando a conciencia con aquellos que ofrecieron, en cuanto al verdadero cambio generacional para el presente y el futuro del país
Una vez más a dos años de la elección que en su momento la van a denominar como histórica, el ciudadano debe asumir con carácter moral con un sentido de conciencia al no caer y no ser utilizado en propuestas y ofertas a medias y de a mentiras.
En los últimos procesos electorales previos a las elecciones, las encuestas maquilladas se han encargado de confundir al elector y aunque los pronósticos son viables, la medición no deja de ser un mecanismo y factor manipulador.
Las denominadas elecciones cruciales que se plantean se juegan el interés personal y de partido por encima y en riesgo de la conciencia de mexicanos que aún no saben definir el sufragio entre la ignorancia en el día de la jornada electoral.
De tal manera, que el electorado debe darle una dirección al voto de forma propia, en la que no se intimide la decisión del ciudadano, ni comprando, ni utilizando la conciencia en el libre derecho de ejerze tal participación ciudadana.
Más allá de una elección historica también los órganos electorales estatales deben implementar talleres para concientizar la voluntad ciudadana en este ejercicio de legalidad y derecho electoral constitucional, sin que la conciencia sea intimidad.
En razón, el ciudadano esta obligado a razonar a conciencia el voto libre, sin que la conciencia del electorado continúe siendo utilizada para sufragar y emitir el voto en evidentes actos de simulación bajo mentiras orquestadas por los partidos.