Zona Cero || “Huracán Otis, presagio del fin del mundo”, libro de Julio Santos, y la urgencia de la prevención ambiental

 

Roberto Santos // Mientras Acapulco y Coyuca de Benítez aún intentan recuperarse de los estragos causados por el huracán Otis, surge una voz que pide atención y acción en la prevención.

Esa voz es la del ingeniero Julio Santos García, autor del libro “El huracán Otis, presagio del fin del mundo”, de próxima aparición.

No se trata de un título sensacionalista. Más bien se trata de una advertencia. Una llamada a despertar la conciencia ambiental ante una realidad que ya nos alcanzó: el cambio climático no es una amenaza lejana, es un presente cruel.

En su obra, Santos García, expone la tragedia vivida en Acapulco. Pero también propone soluciones, y lo hace desde un enfoque profundo: crear una cultura de prevención y conciencia ambiental.

Su libro es mucho más que una crónica de la entrada del huracán, del desastre, de la basura y los millonarios daños. Es una propuesta concreta para que no volvamos a vivir una catástrofe como la de octubre de 2023.

En su conferencia, ofrecida junto a especialistas de Rossbach de México S.A. de C.V., subrayó una verdad que a todos debería incomodar y preocupar: no contamos con radares meteorológicos propios en la costa del Pacífico sur mexicano, y dependemos de información del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Con la salvedad de que a partir de este mes, la información se ha visto comprometida por decisiones políticas y recortes presupuestales en EU, lo que sin duda, afectará a México y a Guerrero.

De haber contado con esta tecnología en Guerrero, asegura Santos García, el impacto de Otis habría sido menos devastador. Las vidas y los bienes de miles de familias acapulqueñas pudieron haberse salvado.

Esta afirmación, respaldada por datos obtenidos durante su investigación y por la experiencia técnica de muchos años, debería encender las alertas en todos los niveles de gobierno.

La propuesta es clara: instalar radares especializados en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, capaces de medir en tiempo real las condiciones ambientales que generan huracanes.

Julio Santos incluso ha identificado la ubicación ideal para su instalación, evitando interferencias entre equipos y maximizando su alcance.

Pero esta iniciativa no puede quedar en palabras.

Por eso, ha impulsado una petición formal dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Evelyn Salgado, solicitando que en el presupuesto de 2026 se incluya la adquisición de estos radares.

Durante el evento, quedó claro que la ciudadanía está lista para sumarse a esta causa. Diversos sectores —clavadistas, prestadores de servicios turísticos, empresarios, campesinos, deportistas— firmarán la solicitud.

Queda claro que si algo nos dejó Otis es la certeza de que no estamos preparados, y que la prevención no puede seguir dependiendo de EU, sino de una política pública urgente del gobierno estatal y federal, sumando siempre a la sociedad guerrerense.

En conclusión, la naturaleza ya nos dio la advertencia y la ciencia las herramientas para prevenir. Julio Santos la ha traducido en un llamado colectivo. Ahora le toca al gobierno escuchar. Y actuar.