Enfoque || Excluyen a Abelina en una clara señal de ruptura institucional

 

Carlos Díaz Figueroa

No es ninguna sorpresa el distanciamiento político en Abelina de ser excluida de la agenda oficial de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo en los últimos eventos en Acapulco, derivado a la ostinacion y soberbia de la alcaldesa.

Quizá no es justificable la actitud presidencial con la exclusión a la alcaldesa porteña a consecuencia del señalamiento directo por presuntos actos de corrupción con los casi 900 millones de pesos de recursos públicos que aún no ha comprobado.

No obstante, es la única edil en Guerrero que se ha negado sistemáticamente a entregar sus cuentas públicas a la auditoría del estado, en razón por la cual se busca llevar el caso incluso hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

La ruptura institucional fue una clara señal durante el evento del domingo en el municipio porteño con la operación del programa “Salud Casa por Casa”, donde no se hizo mención ni referencia de manera injustificable a la primera autoridad municipal.

Por lo que en opiniones encontradas al término del evento con la apertura de la estrategia de tal acción federal, señalaron que la falta de presencia de Abelina se ha convertido “políticamente insostenible” por la arrogancia y orgullo de la edil.

El cúmulo del señalamiento de corrupción en el presunto desvio del recurso público que se niega en comprobar al órgano fiscalizador cada vez se complica a la presidenta de Acapulco por encima de la normatividad de transparencia.

Lo anterior podría generar una lectura de “fondo político” en la investidura de Abelina desde el Congreso del Estado y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, subestimada para tener los medios de defensa de tal señalamiento.

A manera, que actores políticos continúan exigiendo transparencia y rendición de cuentas, toda vez que los recursos no comprobados representan uno de los escándalos financieros más graves en la historia reciente de Acapulco.