Zona Cero || Diálogo, consenso y resultados, el sello de Urióstegui en la Jucopo

Roberto Santos // A diferencia de otros Congresos, donde la polarización ha agudizado los contrastes y posturas políticas, convirtiéndose en campos de batalla más que espacios de construcción, el Congreso de Guerrero ha encontrado una ruta del diálogo y el consenso.

Al menos así lo demuestran los resultados del primer año legislativo bajo la coordinación de Jesús Urióstegui García al frente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), órgano clave en la conducción política del Poder Legislativo.

Durante la instalación del Primer Periodo de Sesiones Ordinarias del Segundo Año de Ejercicio Constitucional de la LXIV Legislatura, Urióstegui ofreció un balance que no solo enumera cifras, sino que evidencia la intención clara de consolidar un Congreso productivo, estable y verdaderamente representativo de todas las voces de Guerrero.

Los números respaldan el discurso. En tan solo un año, se aprobaron 353 disposiciones jurídicas, muchas de ellas con un alto impacto social.

Reformas históricas como la elección popular de jueces y magistrados, el reconocimiento pleno a los pueblos indígenas y afromexicanos, y leyes de avanzada como la Ley Camila, la Ley de Reconocimiento de la Comunidad LGBTTTIQ+ y la Alerta Violeta, hablan de un Congreso que no rehúye su papel de motor de transformación social.

Paralelo a la aprobación de leyes, existe una visión de apertura que también vale la pena destacar.

La realización de parlamentos infantiles, estudiantiles, de mujeres y próximamente juvenil, marca un hito en la forma en que el Congreso se vincula con la sociedad civil. Porque no es solo legislar para la ciudadanía, sino con la ciudadanía.

Urióstegui también puso el acento en el trabajo coordinado con los Ayuntamientos, que permitió validar 23 reformas constitucionales, de las cuales 21 estaban pendientes desde hace dos legislaturas.

Este dato revela no solo eficiencia legislativa, sino la capacidad de cerrar ciclos de rezago institucional.

Por supuesto, los retos no desaparecen. El diputado fue claro al señalar que aún hay desafíos importantes por delante. Sin embargo, su llamado a mantener un Congreso plural, responsable y unido, en coordinación con el Ejecutivo estatal, refuerza la idea de que el trabajo político serio no está reñido con los resultados tangibles.

Como decimos, en un momento de polarización y desgaste de las instituciones, el liderazgo de Jesús Urióstegui en la Jucopo ha mostrado que es posible construir desde las diferencias, que el disenso no excluye el acuerdo, y que la política, cuando se ejerce con responsabilidad, puede ser una verdadera herramienta de transformación.

Guerrero lo necesita. Y el Congreso, bajo esta ruta, parece estar a la altura del reto.