Roberto Santos // La visita que ayer realizó la gobernadora Evelyn Salgado a Palacio Nacional generó nota, pero no tanto por las gestiones emprendidas sino por quién la acompañó, quién caminó a su lado y lo que ese gesto comunica sin necesidad de pronunciar una sola palabra.
En los rituales del poder político, importa más haber sido visto que lo que se va a gestionar. Y Ricardo Salinas Méndez fue visto en el mero centro del poder.
Para algunos observadores, esa presencia puede significar una señal de venia presidencial rumbo a la candidatura por la presidencia municipal de Acapulco. Y es que Palacio Nacional no es un espacio neutro; es un escenario donde se pueden fortalecer trayectorias.
El mensaje es fino, es directo. Hay cuadros que solo administran y hay cuadros que también se proyectan. Y Salinas pertenece claramente al segundo grupo, porque no fue un acompañamiento casual ni protocolario; fue un señalamiento político en toda forma.
Así que mientras algunos suspirantes locales siguen tratando de conseguir likes, acudiendo a cafés y filtrando rumores o encuestas a modo, el equipo de la gobernadora envió un aviso sin firma, pero con poder: el “bueno” ya está en la pista y no necesita levantar la mano. Y es que en la actulidad la política se juega en las redes, y en los espacios correctos.
Ni Jacko, ni Javier Taja, mucho menos Fermín Alvarado. Aquí no hubo pasarela interna ni casting abierto. Ricardo Salinas emerge directamente del grupo que hoy tiene en sus manos la conducción política del estado de Guerrero.
Para los observadores más atentos, la bendición no solo es estatal, también huele a federal. Así que si “la bendición” viene desde Palacio Nacional el aspirante pierde esa calidad para empezar a perfilar como el candidato.
Si el criterio final abre la puerta a un perfil masculino, el nombre ya está elegido.
Está claro que quien es introducido al corazón mismo del poder político, como la gobernadora lo hace con Ricardo Salinas, es que está destinado a formar parte central del proyecto que viene para el 2027.