
Roberto Santos // El reconocimiento del diputado Jesús Urióstegui García a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda por los resultados de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) no es un hecho menor en el contexto político guerrerense.
Que Guerrero se ubique entre los diez estados con menor monto por aclarar en la Cuenta Pública 2024 representa, al menos en el plano técnico, un avance significativo para una entidad históricamente marcada por señalamientos de corrupción, opacidad y desvío de recursos.
Urióstegui, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena, subrayó que este resultado refleja “un gobierno honesto y cercano al pueblo”.
El mensaje de Urióstegui consolida la narrativa de que el gobierno de Salgado Pineda no solo mantiene estabilidad política, sino que también ha logrado revertir percepciones negativas sobre el manejo del dinero público.
El reconocimiento del Legislativo al Ejecutivo no es nuevo, pero sí revelador en el momento político actual.
Con las elecciones de 2027 en el horizonte, la defensa de la gestión de Evelyn Salgado se convierte también en una defensa del proyecto político de Morena en Guerrero.
Urióstegui no solo elogia la eficiencia administrativa; refrenda la unidad interna del partido y envía un mensaje de cohesión frente a posibles fracturas o cuestionamientos futuros.
En un estado donde la gobernabilidad ha dependido históricamente del equilibrio entre los poderes, este tipo de respaldos funcionan como recordatorios de que, al menos por ahora, existe coordinación entre el Congreso y el Ejecutivo.
Por lo tanto, que la ASF haya encontrado un menor monto por aclarar implica un indicio de mayor orden administrativo.
Y esto podría marcar un cambio estructural en la cultura de la gestión pública guerrerense.
El discurso de Urióstegui construye un relato político que proyecta estabilidad y control.
En un escenario nacional donde Morena busca consolidar su hegemonía, Guerrero aparece como un bastión que intenta demostrar que la “cuarta transformación” también puede expresarse en eficiencia gubernamental, no solo en discurso.
El desafío será mantener ese equilibrio entre reconocimiento y autocrítica, entre la celebración institucional y la vigilancia democrática.
Porque la transparencia, más que una meta cumplida, es un proceso continuo que requiere tanto voluntad política como participación ciudadana.
En conclusión, el reconocimiento del diputado Urióstegui a la gobernadora Salgado Pineda puede leerse como un gesto político de unidad y respaldo, pero también como una oportunidad para fortalecer la confianza en las instituciones.
Si Guerrero mantiene este rumbo, los avances en rendición de cuentas podrían dejar de ser la excepción y convertirse, por fin, en la norma.