Zona Cero || Crónica de un fraude anunciado en el SUSPEG

Roberto Santos // En el Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG) se vive lo que muchos ya llaman la crónica de un fraude anunciado.

No es una metáfora exagerada: el proceso de renovación sindical está plagado de irregularidades, favoritismos y un descarado conflicto de interés que ha encendido las alarmas entre la base trabajadora.

¿Cómo no hablar de un proceso amañado cuando la actual secretaria general del SUSPEG, Adela Hernández Angelito, funge al mismo tiempo como presidenta de la Comisión Electoral y promotora del candidato de la planilla verde? En cualquier democracia —sindical o política—, ser juez y parte es inaceptable. En el SUSPEG, parece ser la norma.

Los integrantes de la planilla roja, encabezada por el profesor Juan Alberto Rodríguez Rendón, han denunciado públicamente las múltiples anomalías que enturbian este proceso.

Una de las más graves: la negativa de la Comisión Electoral a entregar el padrón de afiliados en formato electrónico, obligándolos a revisar miles de nombres en documentos impresos, a sabiendas de que el tiempo juega en su contra.

Y las sospechas no son infundadas. En el padrón ya se detectaron nombres de personas duplicados, afiliados inexistentes y la exclusión de trabajadores activos con derecho a voto, los que tienen derecho a votar y los excluyeron, y agremiados ubicados en secciones que no es la suya, por lo que no van a poder votar.

Todo ello bajo la sombra de una dirigencia que busca perpetuar el control del sindicato mediante trampas y simulaciones, con lo cual se encaminan a una ruptura de mayor proporción que la que se dio en el anterior proceso electivo.

Por eso la planilla roja insiste en la necesidad de rescatar el sindicato de “la corrupción y del control político” que lo ha caracterizado en los últimos años.

Reclaman un SUSPEG verdaderamente democrático, que atienda las demandas de sus agremiados, en especial las de los jubilados y pensionados, quienes hoy padecen retrasos en pagos y un trato indigno por parte de las autoridades.

Hoy la esencia del sindicalismo se diluye entre fotos, likes y discursos huecos.

Quienes conocen las entrañas del sindicato señalan que el SUSPEG, antaño símbolo de lucha y representación de los trabajadores, hoy es reflejo del sindicalismo charro, antidemocrático y oficialista que tanto daño ha hecho a sus integrantes.

La esencia de la planilla Roja es que los verdaderos suspegistas —los de a pie, los que sostienen las oficinas, las escuelas, los hospitales— retomen las calles y las asambleas. No para vitorear candidatos, sino para exigir justicia y democracia sindical.

Porque si algo está claro, es que con las mismas prácticas y los mismos vicios de siempre, no habrá cambio posible.

Y esta elección, más que una renovación, corre el riesgo de ser otra página más en la larga historia del fraude sindical en Guerrero.