Efraín Flores Iglesias || Durante los últimos seis años, Chilpancingo ha sido gobernado por dos personajes mitómanos y soberbios (Marco Antonio Leyva Mena/PRI y Antonio Gaspar Beltrán/PRD), quienes se echaron en contra a la mayoría de los ciudadanos y fueron reprobados al final de sus administraciones. Y la pésima gestión que realizaron se la cobraron en las urnas a los partidos por los cuales llegaron a ser presidentes municipales.
El hartazgo social que generaron fueron aprovechados muy bien en la pasada elección por la diputada local con licencia, Norma Otilia Hernández Martínez, quien prometió un cambio para el pueblo de Chilpancingo. Y la mayoría de los electores que el 6 de junio acudieron en las urnas creyeron en ella y votaron masivamente por Morena.
Norma Otilia Hernández, como lo dije antes y durante el proceso electoral, no está preparada para gobernar Chilpancingo, porque lo suyo es el protagonismo y la pachanga. Y no sólo eso, como actora política ha sido irresponsable durante la pandemia por el Covid-19, ya que a finales de septiembre de 2020 y en pleno semáforo naranja subió imágenes y videos de una gira que realizó en las localidades serranas de El Fresno y Zoyatepec, en donde abrazó a niños, bailó al ritmo de banda de chile frito y abrazó a adultos mayores sin portar cubre bocas ni respetar la sana distancia.
Tres meses después (10 de diciembre de 2020) y en su desesperación de lograr la candidatura de su partido a la Alcaldía, organizó caravanas por varias colonias populares de la capital del estado que denominó “Navidad en tu colonia”. Al igual que en El Fresno y Zoyatepec, no se respetaron los protocolos sanitarios para evitar contagios por Covid-19. El que iba vestido como Santa Claus nunca guardó la sana distancia con los niños que se le acercaron en aquella ocasión.
Lo que se le reconoce a Norma Otilia es que es una mujer perseverante. No así, su habilidad de cambiar de bando político constantemente. En 2007 intentó ser regidora por el PRD; en 2015 renunció al Sol Azteca para ser candidata en el distrito 01 por el Partido Humanista, y tres años después abanderó a Morena en ese distrito y ganó.
Durante tres años formó parte del grupo político de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, ex delegado del gobierno federal en Guerrero y fallido aspirante a la gubernatura, y al caer éste de la gracia del presidente Andrés Manuel López Obrador, inmediatamente se echó a los brazos del impresentable “Toro sin cerca” (Félix Salgado Macedonio) y de Evelyn Cecia Salgado Pineda. “El interés tiene pies”, dice una frase popular. Y comprobado está con la alcaldesa electa de Chilpancingo.
El pasado 6 de junio se vio favorecida por la marca Morena y por el pésimo gobierno del perredista Antonio Gaspar, ya que obtuvo 54 mil 04 votos (51.1 por ciento), por lo que será la tercera mujer que gobernará a los chilpancinguenses.
La primera alcaldesa, recordemos, fue Aurora Mesa Andraca, quien llegó al cargo en 1936 por designación directa del entonces gobernador del estado, José Inocente Lugo Gómez Tagle. De hecho, fue la primera mujer en México y América Latina en desempeñar el cargo.
La maestra Magdalena Beatriz Vázquez Martínez de Huicochea fue la segunda alcaldesa de Chilpancingo, pero la primera en ser electa en las urnas, ocupando el cargo de 1978 a 1980, cuando el gobernador de la entidad era Rubén Figueroa Figueroa, “El Tigre de Huitzuco”.
Las dos primeras alcaldesas de la capital guerrerenses siempre mostraron seriedad durante el tiempo que les tocó estar al frente de tan importante responsabilidad.
Y eso es lo que se requiere actualmente: seriedad y no ocurrencias.
Norma Otilia Hernández rendirá protesta como presidenta municipal el próximo 30 de septiembre. Pero antes de asumir el poder ya empezó a cometer errores.
A leguas se nota que está mal asesorada o no escucha la opinión de su equipo más cercano. Y se entiende: la mayoría de su equipo de trabajo está conformado por puros aduladores y queda bien, ya que sólo les importa obtener un puesto en el Ayuntamiento y cobrar un jugoso salario o no estar fuera de la nómina.
Este jueves dio a conocer en su cuenta oficial de Facebook que acudió a la Ciudad de México para reunirse con el modelo y conductor de televisión, Víctor Manuel Reséndez Ruiz, más conocido como “Latin Lover”, y con el bailarín Jorge Boyoli, para que “ayuden” a impulsar Chilpancingo a través de programas televisivos.
“En nuestra visita a la Ciudad de México tuve la oportunidad de reunirme con Latin Lover y Jorge Boyoli, conductor de televisión y bailarín, quienes ayudarán a impulsar Chilpancingo a través de programas televisivos y en visitas a la capital guerrerense”, posteó.
Las reacciones de los usuarios de las redes sociales no se hicieron esperar. La mayoría lamentó la “brillante” idea de la alcaldesa electa, a quien cuestionaron severamente por su profunda alergia a las tradiciones culturales de Chilpancingo y por asesorarse de figuras del catálogo de una televisora nacional. Y otros solamente se divirtieron compartiendo memes en donde se burlan de Norma Otilia y Latin Lover.
Tal vez la alcaldesa electa de Morena tenía la intensión de impresionar a sus futuros gobernados de que ya se codea con “destacados” promotores de la cultura, no sin antes presumir una foto en donde posa muy sonriente con uno de ellos.
En Chilpancingo y en otras regiones de la entidad hay gente destacada en materia cultural, por lo que no es necesario pensar gastar dinero del pueblo en gente que no quiere y no vive los problemas de la capital de Guerrero.
Insisto, todavía no asume el cargo y ya empezó a cometer errores.
Bien dice la sabiduría popular: “No hagas cosas buenas que parezcan malas, ni cosas malas que parezcan buenas”.
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