Contexto Político || Zeferino y la nostalgia por el poder


Por Efraín Flores Iglesias // Mientras más se acercan las elecciones de 2024, arrecian los ataques hacia los que actualmente gobiernan. Y no solamente ocurre a nivel federal, sino también en el ámbito estatal.

Cuestionar o criticar a los gobernantes no es malo, ya que la libertad de expresión está garantizada en México. Pero hay quienes ejercen ese derecho porque añoran el poder que un día tuvieron y que ya no están en la jugada por los errores que cometieron al alejarse del pueblo y por hacer a un lado al partido o a los partidos que fueron el vehículo para llegar a tan importantes cargos de elección popular.

Uno de esos personajes es, sin lugar a dudas, Zeferino Torreblanca Galindo (Guadalajara, 1954) quien cada vez que se le ocurre convoca a conferencias de prensa para atacar a todos aquellos que considera malos o pésimos gobernantes.

Desde su lógica sólo él puede dar buenos resultados en la administración pública, pero olvida que en su periodo como gobernador (2005-2011) cometió bastantes errores y terminó en la soledad política, a tal grado que en las dos últimas elecciones en las que ha participado, ha sido reprobado por los acapulqueños.

Lo que sí hay que reconocerle a Zeferino Torreblanca es que fue muy perseverante para llegar a la Presidencia Municipal de Acapulco en 1999 luego de tres elecciones, ser el primer gobernador no priista y el hombre que inauguró la alternancia en el poder en Guerrero.

El problema de don Zeferino fue creer que el triunfo en 2005 fue solamente gracias a su imagen personal y no del PRD y de los otros institutos políticos (Convergencia y el Partido de la Revolución del Sur) que lo postularon como su candidato a la gubernatura.

Es cierto, puso orden en la administración, pero fue insensible a los problemas sociales de los guerrerenses y se alejó del PRD para echarse a los brazos del foxismo y del calderonismo.

Es evidente que busca el perdón del presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien en 2006 no fue recíproco en la elección de ese año, a pesar de que el político tabasqueño estuvo en Guerrero en 2005 para apoyarlo en la elección de gobernador.

Zeferino Torreblanca nunca militó en el Partido de la Revolución Democrática. Su corazón siempre fue azul, aunque ahora y de manera convenenciera busca cobijo en el movimiento lopezobradorista. De hecho, en 2018 intentó ser abanderado de Morena a la Alcaldía de Acapulco, pero la candidatura fue para Adela Román Ocampo. Y eso le molestó bastante, por lo que se registró en la contienda como candidato del Partido del Trabajo (PT).

Obviamente, esa elección la ganó Adela Román… y por amplio margen. Desde luego que eso molestó aún más al ex gobernador, quien creyó que iba a ganarle a la jurista, quien 19 años atrás fungió como síndica procuradora en el Cabildo que a él le tocó encabezar.

En 2015 fue candidato del PAN, el instituto político con el que se identifica por su condición de empresario. Y perdió ante el perredista Evodio Velázquez Aguirre, un personaje 24 años menor que él y que actualmente es una de las cabezas del perredismo guerrerense.

Su egocentrismo no le ayuda en nada, y menos a sus casi 69 años de edad.
Abrir varios frentes de batalla al mismo tiempo, tampoco le favorecen.

No está mal que haga sugerencias a los que gobiernan actualmente, pero atacar con el hígado no es correcto políticamente.
Y para sugerir o dar buenos consejos se requiere tener calidad o autoridad moral. Durante su gobierno no todo estuvo bien. Sólo es cuestión de revisar la hemeroteca.

Su intolerancia a la crítica en los medios de comunicación, fue muy evidente.

Además, el 9 de agosto de 2005, cuatro meses de haber asumido la gubernatura y luego de que un grupo criminal atacara con granadas el cuartel de la Policía Preventiva del estado en Puerto Marqués (Acapulco), declaró: “Ni quiero, ni puedo, ni tengo porque combatir al narcotráfico”. Y desde ese entonces, Guerrero se convirtió en campo de batalla de los cárteles (y sus células) del narcotráfico.

Tampoco debemos olvidar que durante su administración fueron asesinados el diputado local del PAN y ex presidente de la Coparmex en Acapulco, José Jorge Bajos Valverde (4 de enero de 2007; el periodista y corresponsal de Televisa en Guerrero, Amado Ramírez Dillanes (6 de abril de 2007); el presidente y secretario de la Organización para el Futuro del Pueblo Mixteco (OFPM), Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas (20 de febrero de 2009), respectivamente; el presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local y aspirante del PRD a la gubernatura de la entidad, Armando Chavarría Barrera (20 de agosto de 2009), entre otros destacados actores políticos y sociales.

Y mientras el ex gobernador Zeferino Torreblanca pretende enlodar la imagen de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y de otros actores políticos, lo cierto es que los guerrerenses reconocen y evalúan bien a la titular del Poder Ejecutivo estatal.

También el presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido el trabajo realizado por Evelyn Salgado en los 13 meses que lleva al frente del gobierno estatal.

“Tienen una gobernadora de primera”, señaló el mandatario federal el martes 29 de noviembre en el puerto de Acapulco, en donde se llevó a cabo la supervisión del Plan de Salud IMSS Bienestar Guerrero, en el que se destinó una inversión de mil 10 millones de pesos y que se traduce en una trasformación en los servicios que se ofrecen a la población.

Insisto, don Zeferino anda muy bravo porque añora el poder.

Ojalá entienda que sus tiempos de gloria quedaron en el ayer; en ese ayer en el que tuvo la oportunidad de hacer mejores obras y acciones a favor del pueblo de Guerrero.

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