Por Jacko Badillo // El mal estado en que se encuentran las calles de nuestro querido Acapulco no es un asunto menor y es algo que requiere atención responsable.
No podemos negar que la principal responsable de mantener la infraestructura urbana en buenas condiciones es la autoridad municipal, para lo cual cuenta o debe de contar con áreas especializadas, como las de Conservación y Mantenimiento, Maquinaria Pesada, Bacheo, amén de lo que se planifique en la Dirección de Obras Públicas.
Lamentablemente, muchas veces los recursos que se destinan para esas tareas no son suficientes, ante el cúmulo de calles en pésimo estado, no solamente con baches, sino en algunos casos con verdaderos cráteres o zonas que parecen minadas o de guerra, y si a ello agregamos que algunos funcionarios no cumplen con las responsabilidades que les fueron encomendadas, la situación se torna verdaderamente crítica.
Por ello no debe extrañar que ciudadanos de buena fe, preocupados por las condiciones de las vialidades, por las que transitan a diario miles de vehículos del transporte público y particulares, tomen la iniciativa y pongan manos a la obra, contribuyendo con su granito de arena a ir solucionando poco a poco esta problemática.
En nuestro caso, junto con algunos amigos transportistas, empresarios materialistas, líderes naturales, de colonos y ciudadanos que comulgan con nuestros ideales y ven con buenos ojos el trabajo que estamos desarrollando, nos pidieron que nos organizáramos y por medio de brigadas a las que denominamos “Pargos en Acción”, nos hemos dado a la tarea, tanto de tapar baches en algunas zonas consideradas como focos rojos, ahí donde más de un vehículo ha sufrido la ponchadura de una llanta, se ha averiado el cárter o la suspensión, como de atender otros problemas relacionados con el alumbrado público, corte de maleza en espacios públicos, retiro de puntos negros de basura, entre otros.
Parecieran cosas sencillas pero la verdad es gratificante el poder contribuir, y sobre todo ver los gestos de aprobación de las mujeres y hombres que pasan por los lugares donde andan operando las brigadas, las palabras de aliento e incluso cuando de buena manera les invitan los refrescos a los brigadistas. Es la mejor muestra de que estamos en la ruta correcta y que siempre, desde la trinchera en que nos encontremos, vamos a dar lo mejor de nosotros por nuestro querido Acapulco.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es Pargo!