Amado Bautista Soriano // El Carnaval es una tradición mundana como una especie de recordatorio de Sodoma y Gomorra, justamente dentro de las celebración de la Semana Santa, algo que nos muestra de la vida desenfrenada de la sociedad, pero conforme pasa el tiempo el desenfreno en la actualidad es mucho mayor.
El de Acapulco, dista muchísimo de ser un festival auténtico. Se parece más a una marcha de la comunidad del arcoiris que un evento festivo el cual resulte atractivo para el turismo. Ayer se rindió culto a la frivolidad de los influencers que no tienen nada que aportar, alimentando su ego y su vanidad, y dejando a un lado el brillo y la belleza natural de la reina del carnaval que pasó desapercibida. Los militares nuevamente fueron desmeritados, esta ocasión usando su banda de guerra en un evento desenfrenado bastante ajeno a lo oficial.
Acapulco volviendo a la celebración carnavalezca nos muestra ese estilo de desorden a dónde la vulgaridad se hace presente, no me espanto, solo menciono esa tradición de emulación a Sodoma, pero vean a Niurka y a Abelina Lopez Rodríguezal, derrochandose miradas de ternura y con un hablar alcoholizado, eso noto en su hablar pero no me crean.
No hay duda, el gobierno nos quiere pobres pero mayormente ignorantes. Adiós turismo internacional.