Miguel Ángel Santos // Atravesamos momentos donde la relación entre el poder y los medios está marcada por tensiones, desconfianza, confrontación, y persecución, pero Guerrero a diferencia de lo que sucede en otros estados, ofrece una relación diferente.
La administración que encabeza la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha demostrado que es posible construir puentes con el gremio periodístico, basados en el respeto, la apertura y, por qué no, también en el deporte.
Este martes, las canchas del Polideportivo de Chilpancingo se convirtieron en escenario de algo más que un torneo de fútbol.
El Cuadrangular por la Libertad de Expresión reunió a comunicadoras y comunicadores de distintos puntos del estado, lo que simbolizó un mensaje, que en Guerrero el ejercicio periodístico se respeta y se celebra.
Organizado por la Coordinación General de Comunicación Social del Estado, el evento fue una competencia deportiva y queaa una jornada de integración, de encuentro, de reconocimiento mutuo.
Ocho equipos conformados por periodistas, reporteros, camarógrafos y trabajadores de medios disputaron con entusiasmo cada balón, pero también sirvió para acercarse, conocerse y compartir desde la camaradería.
Entre gritos de las porras y la expulsión de la Momia -quién no juega ni matatena- por gritarle al árbitro “te lo quieres llevar para tu casa” o la volada de Cuchillo al cobrar un penal, la final la disputaron los equipos de Radio y Televisión de Guerrero y Amigos de Juan Cervantes, un partido vibrante, que se disputó en penales.
Más allá del marcador —que favoreció a RTG—, el triunfo fue colectivo y simbólico, porque se vio un gremio unido, alegre y valorado.
René Posselt Aguirre, coordinador general de Comunicación Social, lo dijo con claridad: “La libertad de expresión es un derecho irrestricto en Guerrero, y es una instrucción directa de la gobernadora garantizar su pleno ejercicio”.
El evento concluyó con una taquiza, rifa de regalos y, sobre todo, un ambiente de cercanía que pocas veces se da entre el poder público y los medios.
Un gesto que, aunque simbólico, tiene un profundo significado en un país donde la labor informativa se ejerce en cada vez mayores contextos de riesgo y persecución a los comunicadores críticos.
Cierto es que en Guerrero son muchos los periodistas que han sido asesinatos y de esos, la mayoría de los autores siguen libres.
Sin embargo, habrá que reconocer que en el estado no existe una ley mordaza como la del gobierno poblano, tampoco la intolerancia de la gobernadora de Yucatán, o como algunos poderes institucionales de Tamaulipas que buscan acallar la prensa.
Por lo tanto, volviendo al encuentro deportivo, quizá se vea como un acto simple, incluso anecdótico, pero porta un significado importante: cuando gobierno y prensa se reconocen como aliados de la sociedad, el diálogo y la convivencia desplaza a la desconfianza.
Por lo tanto, ojalá que no sea mucho pedir que esta jornada sea el inicio de muchas más. Porque una prensa libre, respetada y unida es la mejor garantía de una sociedad informada y de un gobierno que sabe escuchar.