Roberto Santos // En Guerrero el PRD ha sobrevivido a su desaparición a nivel nacional, y con la dirigencia que encabeza Evodio Velázquez Aguirre, este partido ha trazado una hoja de ruta clara: reorganizarse desde las bases, recuperar la confianza ciudadana y volver a ser una fuerza política representativa de las causas sociales.
El plan no es menor. Luego de perder el registro a nivel nacional, el PRD enfrenta uno de los momentos más complejos desde su fundación.
Sin embargo, en Guerrero, donde el partido mantiene presencia y respaldo electoral, la apuesta es clara: reconstrucción con territorio, discurso y unidad.
A tres meses de asumir la dirigencia estatal, Velázquez Aguirre ha encabezado un recorrido por 18 municipios del estado, instalando Brigadas del Sol y consolidando estructuras municipales.
Y esto apenas comienza.
En los próximos días, el PRD guerrerense llevará su trabajo organizativo a la Montaña y la Costa Chica, regiones clave no solo por su peso electoral, sino por el simbolismo de ser zonas históricamente olvidadas que el sol azteca aspira a representar nuevamente.
Pero este esfuerzo no se limita al reordenamiento interno. La nueva etapa del PRD también se plantea como un espacio de resistencia política y defensa de derechos.
La dirigencia estatal ha expresado su preocupación por reformas recientes, como las modificaciones a la Ley de Telecomunicaciones, a las que se ha referido como una amenaza latente a la libertad de expresión.
La crítica ha sido clara: el PRD no otorgará cheques en blanco a medidas que vulneren derechos fundamentales, ni a estrategias de seguridad que se desvíen del respeto a los derechos humanos.
En un país con heridas abiertas en materia de seguridad y justicia, Velázquez Aguirre ha dejado claro que el PRD seguirá apoyando el trabajo de las Fuerzas Armadas, pero con una condición innegociable: el respeto absoluto a la dignidad humana.
Este es un partido que, en palabras de su dirigente, nació para defender causas justas. Y esa bandera, insisten, no será abandonada.
La unidad interna también ha sido una constante en el discurso del nuevo liderazgo.
Las diversas expresiones del perredismo guerrerense han cerrado filas en torno a este relanzamiento, conscientes de que el único camino posible es la cohesión, el trabajo en territorio y el contacto directo con la ciudadanía.
Es ahí donde el PRD quiere volver a vivir: en la calle, en el mercado, en la plaza pública.
Al final, lo que su dirigencia busca con este esfuerzo es preservar un registro y conservar espacios políticos, así como reconectar con la esencia de una izquierda social, democrática y crítica, capaz de representar a quienes hoy no se sienten escuchados.
Los dirigentes que encabezan este partido saben que el camino puede ser largo y las condiciones adversas, por eso han depositado su confianza en el liderazgo de Evodio Velázquez, y apostarle a un nuevo comienzo, desde abajo, conectando con la gente y encabezando sus múltiples demandas.