160,000 unidades económicas operan al margen del marco legal y fiscal; Guerrero segundo lugar nacional en comercio informal

Marcial Campuzano // Guerrero ocupa el segundo lugar nacional en número de comerciantes informales, con alrededor de 160,000 unidades económicas que operan al margen del marco legal y fiscal, de acuerdo con cifras oficiales citadas por el diputado local Héctor Suárez Basurto durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso del estado.

El legislador destacó que el 76 por ciento de estas unidades funcionan en condiciones de informalidad, lo que impide a miles de personas acceder a derechos laborales, seguridad social y programas de financiamiento o capacitación. Además, según la Secretaría del Trabajo, hasta febrero de 2025, el 78 por ciento de los trabajadores guerrerenses laboraban en la informalidad, es decir, más de 1.2 millones de personas.

En su intervención, Suárez Basurto alertó que esta situación coloca a Guerrero en una posición de alta vulnerabilidad social y económica, ya que gran parte de su población activa depende del comercio informal para subsistir, sin ninguna protección legal o social por parte del estado.

Citó como ejemplo el caso de Chilpancingo, donde se estima que existen 20,000 comerciantes ambulantes y semifijos, frente a apenas 7,000 negocios establecidos, lo que genera competencia desigual, uso desordenado del espacio público y tensión entre ambos sectores.

El diputado recordó que el 1 de agosto tradicionalmente reconocido como el Día del Comerciante en México, representa una oportunidad para visibilizar esta realidad y rendir homenaje a quienes, sin importar las condiciones, salen cada día a trabajar para sostener la economía local.

Suárez Basurto propuso que esta fecha sea declarada oficialmente como el Día del Comerciante en el estado de Guerrero, como un acto simbólico y de compromiso con ese sector. “Celebrarlos no solo es justo, también es necesario si queremos construir políticas públicas incluyentes”, afirmó.

También planteó implementar una estrategia estatal de ordenamiento del comercio informal, que incluya reubicación digna, acceso a infraestructura básica, regularización voluntaria y gradual, además de cursos gratuitos para mejorar las ventas y administración de los negocios.

El legislador subrayó que el comercio es una de las principales fuentes de ingresos para muchas familias en Guerrero, Oaxaca y Chiapas. A nivel nacional representa cerca del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según datos del INEGI, y emplea a más de 6 millones de personas.

En su exposición hizo un recorrido histórico sobre la importancia del comercio en México, destacando que los mercados ya existían en tiempos prehispánicos, como el de Tlatelolco que reunía hasta 60,000 personas según las crónicas de Hernán Cortés.

En Guerrero, mencionó el caso del tianguis dominical de Chilapa, que tiene al menos 491 años de antigüedad, al haber sido formalizado por frailes agustinos en 1533, aunque sus raíces datan de intercambios realizados entre pueblos nahuas mucho antes de la Colonia.

A pesar de esta tradición milenaria, el comercio informal en la actualidad se encuentra marginado de la economía formal. La mayoría de los vendedores no están registrados ante el SAT ni cuentan con permisos municipales, lo que limita su crecimiento y estabilidad económica.

Suárez Basurto advirtió que las acciones de gobierno suelen reducirse a operativos de desalojo, sin ofrecer alternativas viables de reubicación ni acompañamiento técnico. “No se trata de reprimir, sino de construir rutas de inclusión con justicia social”, expresó.

Entre sus propuestas también se incluyen la modernización de mercados públicos y corredores tradicionales, así como la creación de un Plan Estatal de Seguridad Comercial enfocado en proteger a vendedores y consumidores en zonas de alta concentración como mercados y tianguis.

El diputado hizo un llamado a todas las fuerzas políticas, instituciones y organizaciones sociales a sumar esfuerzos y generar una nueva política pública que reconozca, regule y respalde al comercio informal como un motor clave de la economía guerrerense.