
De acuerdo a La Real Academia de la Lengua Española, la perseverancia es la acción o el efecto de “mantenerse constante en la persecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión”. O bien, es lo que hace que una persona se mantenga firme al momento de perseguir sus objetivos o metas, para obtener el resultado deseado.
La perseverancia implica no rendirse ante el fracaso y seguir adelante con determinación y constancia, incluso cuando el camino se torna difícil.
En política, la perseverancia es indispensable para alcanzar los resultados electorales propuestos. Es la virtud que mueve a los políticos a seguir y tratar de resolver problemas, a pesar de las dificultades.
Muy pocos políticos son los que perseveran, ya que los invade el temor a estar durante un buen tiempo en la fría banca y por eso optan en renunciar a sus ideales y objetivos trazados con antelación.
Lo que no entienden es que los electores también premian la perseverancia de los líderes políticos. Andrés Manuel López Obrador, es el más claro ejemplo, independiente de los resultados que tuvo como presidente de la República. Él llegó a la silla presidencial luego de tres elecciones y 18 años de recorrer el país para dar a conocer su proyecto de nación. No le fue fácil. Le pusieron muchos obstáculos. Pero perseveró y al final logró su objetivo: gobernar al país.
En el ámbito local también tenemos un claro ejemplo: Luis Walton Aburto.
Walton contendió en cuatro ocasiones por la presidencia municipal de Acapulco, en 2002, 2005 y 2008 por el Partido Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), y en 2012 a través de la alianza PRD-MC-PT. Lo intentó antes por el PRI, pero los jerarcas de ese instituto político siempre lo bloquearon.
Lo destacable del asunto es que perseveró. No tiró la toalla. Le invirtió muchos recursos, fortaleció su equipo y estructura electoral, y supo aprovechar muy bien la coyuntura política en 2012 para concretar su sueño dorado.
Walton fue presidente municipal hasta 2014, candidato a gobernador en 2015 por MC y aspirante a la gubernatura por Morena en 2021. Un año después falleció por problemas de salud.
En fin, muchos de los actores políticos en Guerrero han logrado llegar a su meta trazada. Y la clave es perseverar.
En estos momentos vemos a varios personajes moverse con miras a la elección de 2027. Más de diez quieren suceder en la titularidad del Poder Ejecutivo estatal a la maestra Evelyn Salgado Pineda, lo cual no es malo. Están en su legítimo derecho de aspirar a ese importante cargo.
Que conste, perseverar no es echarse a la hamaca y esperar a que la dirigencia de un partido político le otorgue a un personaje una candidatura por arte de magia.
Para ser un candidato competitivo se requiere tener carisma, trabajo territorial, buenas propuestas, operadores políticos eficaces, dinero y buenos padrinos en el centro del país.
También se requiere habilidad para amarrar alianzas estratégicas y credibilidad ante la sociedad.
La mayoría de los aspirantes a la gubernatura se encuentran en Morena, ya que en la oposición la caballada está flaquísima. Aunque no todos los que quieren ser candidatos de Morena militan en esas filas, como es el caso de Mario Moreno Arcos, un actor político ampliamente conocido en el estado y que últimamente se le ha visto en algunas reuniones con personajes muy cercanos a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Mario Moreno ha ocupado importantes responsabilidades públicas, pues ha sido síndico procurador y presidente municipal de Chilpancingo de los Bravo; diputado local y federal; delegado federal del ISSSTE en Guerrero y titular de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado.
También ha sido candidato a la gubernatura en 2021 y al Senado de la República en 2024.
Y, a pesar de las adversidades, Mario Moreno sigue recorriendo el estado para saludar a sus amigos y seguidores. No descuida su estructura y está sumado a la 4T.
Es obvio que genera incomodidad en algunos personajes que se creen los dueños absolutos de Morena y que carecen de tablas políticas para fortalecer a ese instituto político.
Mario Moreno tiene una buena amistad con el diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar, uno de los hombres de confianza de la titular del Poder Ejecutivo federal, y quien lo invitó a sumarse a los trabajos de la 4T desde hace algunos meses.
Desde luego que aspira a la gubernatura porque aún está vigente en el escenario político estatal. Además, ya lo intentó en 2015 y en 2021.
Lo cierto es que el ex alcalde de Chilpancingo y ex diputado federal es un hombre perseverante y respetuoso de las decisiones que se toman al interior de Morena.
A ver qué tal le va en ese movimiento fundado por el ex presidente López Obrador.