Por Ricardo Castillo Barrientos // La historia de México tiene registradas fechas trascendentes por la importancia en etapas de procesos sociales o políticos, y otros coyunturales desde su origen a la actualidad, marcando las diferentes épocas de la sociedad mexicana.
La presenta coyuntura marca un hito en el devenir histórico con la conformación de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), después de un proceso electoral inédito plagado de irregularidades por los famosos “acordeones” y la baja asistencia a las urnas, aunque muy superior a la decisión vertical del Presidente de la República y del Senado, en la designación de los ministros y ministras de la Suprema Corte por “dedazo”.
El Instituto Nacional Electoral (INE), aprobó el cómputo final de12 millones 965, 574 electores, representando el 13% del padrón electoral, en la primera elección del Poder Judicial de la Federación, generando fuertes controversias de dirigentes opositores y comentócratas de medios de comunicación y redes sociales,
En su mayoría, los nuevos ministros y ministras tuvieron el aval de MORENA y salieron adelante para formar parte de la institución de justicia que venía arrastrando vicios e irregularidades con una imagen deteriorada y la desaprobación, por el distanciamiento con la sociedad mexicana, a excepción de grupos económicos favorecidos con las sentencias.
Respecto a la formación judicial de los nuevos juzgadores, se ha insistido en la carencia de sólidas trayectorias en la materia, generando incertidumbre en la capacidad profesional a la hora de emitir sentencias sin sesgos políticos.
Sin embargo, habría que otorgarse un voto de confianza en el renacimiento del órgano judicial, conforme al estado de derecho que debe prevalecer en la Nación.
El abogado de origen mixteco, Hugo Aguilar Ortiz, es el presidente de la SCJN, a partir de este día, siendo el tercer personaje indígena después de Benito Juárez e Ignacio Manuel Altamirano, en presidir a la institución de impartición de justicia más importante del país.
El Poder Judicial de la Federación está llamado a cumplir fielmente con los postulados de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, a efecto de recobrar la confianza perdida en los anteriores juzgadores, con inclinación al poder económico, distantes a la voluntad popular.
Es un anhelo que los tres Poderes de la Unión, se aboquen y coordinen para ofrecer al pueblo mexicano los mejores resultados en sus ámbitos de acción, dejando al margen los intereses partidistas y económicos siempre imperantes en la toma de decisiones.