Enfoque || La minería, verdadero motor de desarrollo en México

 

Carlos Díaz Figueroa

Entre el desafío y la oportunidad para transformar el bienestar en las diversas riquezas en México, Guerrero es un estado minero por excelencia, colocado como el tercer productor de oro del país, aportando el 15 por ciento a nivel nacional.

No obstante, atrás de esa cifra hay un contraste doloroso en el completo deterioro ambiental en la escasez de agua y los conflictos sociables, lo que representa una paradoja que no permite avanzar en el crecimiento nacional minero.

Lo referente fue la opinión del ex Gobernador de Guerrero, Angel Aguirre Rivero en la percepción de fondo, de lo que aún falta por considerar la gran riqueza de este sector de producción a beneficio directo de los pueblos de la nación.

Mientras, las grandes empresas y la federación concentran los beneficios, los pueblos cargan con la contaminación y la incertidumbre, bajo ciertos esquemas egoístas, en vez de acuerdos juntos, solo por citar la Mina paralizada en Carrizalillo.

Al respecto, el ex Gobernador del Estado consideró que los impuestos de la minería no deben estar subestimados en la federación, sino que los propios gobiernos municipales y estatales deben cobrarlos y canalizarlos en acciones públicas.

Es decir, en caminos, escuelas hospitales, agua potable entre otros beneficios de interés social que permita el crecimiento de los impuestos que aporta el sector minero en el país, de lo que podría convertirse en un inversión crucial en México.

Angel Aguirre asegura que la minería puede ser el motor de desarrollo, pero solo que los beneficios lleguen directamente a la superficie de las familias y no se queden enterrados en las oficinas en un acto de egoísmo con la producción.

Por ello, reiteró que el desafío y la oportunidad de la actividad minera podría ser el equilibrio de la transformación y el bienestar, dependiendo de la voluntad política desde la federación con los gobiernos municipales y estatales del país.