

Hablar o recordar a Justino Flores Pérez es hacer un libro en varios tomos nacido en Chinameca Morelos el 14 de abril de 1932, donde creció y empezó a dar apertura entre la inquietud en la niñez y en su propia adolescencia.
Fui afortunado en la vida en haber conocido a un ser humano con un poder de inteligencia de alcance y determinante , solo que en ese potencial no hubo títulos pero si un alto nivel de impacto en el conocimiento y experiencia de una larga vida.
Y lo comprobé después de varios días, meses y años, al percatar que estaba cruzando una.conversación directa con una persona culta con anhelos y sueños en todos los departamentos de su vida del pasado y el presente .
Modelo del verdadero liderazgo en sus inicios en el comercio y también incursionando en la política, pero el destino de la vida no le permitió llegar por un momento crucial en el personaje que le ofreció e impulso para ser regidor .
Eran demasiados anhelos de superación, aunque su pasión más allá del deseo en inquietudes personales, era el amor a su familia (esposa e hijos) a quienes formó a 12 de ellos y no solo a los suyos también la imagen paterna a mis hijas.
Cómo a todo padre no le gustaba que le tocaran de manera verbal o agresiva a sus hijos, pero también defiende lo indefendible, quienes no éramos sus hijos, mostrando el amor en igualdad y en semejanza de manera desinteresada.
Un hombre creyente de mucha fe a su santo a “Sagrado Corazón de Jesús “, parado o prostado en oración y meditación, pidiendo sin límite de egoísmo por la familia, por el negocio y por quienes no reinvindicaban el camino de Dios.
Lo anterior también obedecía al caracter fuerte y directo para decir las cosas con propiedad y nombre, de ello, aunque fui de aprendizaje lento a largo plazo entendí y acepte, el valor de la enseñanza en el conocimiento y la experiencia.
De manera consistente y de frente me decía “amigo corrijete, reinvidicate y reconciliate contigo mismo por qué en los ciclos de la vida existen parámetros que con el tiempo te la van cobrar”, aunque en lo personal ausente de asimilar.
Son variadas formas de vida que compartir y por eso desde el inicio puntualize que dictar el sentido humano, moral y espiritual de Don Justino es elaborar un libro en varios capítulos de cuerpo, mente y alma de bondad y generosidad.
Lo que libremente le dio la vida de igual manera lo entrego a sus seres queridos y también quienes no éramos sangre de su sangre por encima de todo y nada a los principios y valores que encontró y fue inculcado en una larga vida de testimonio.
En ese poder de inteligencia y de fondo me sigo preguntando que le quedo a deber Don Justino a la vida y la respuesta es contundente y firme prácticamente nada todo lo que construyó y edifico fue una inversión propia y de largo plazo.
No te digo adios solo hasta pronto de lo que estoy seguro y con certeza que algún día nos vamos a volver a encontrar en la otra vida donde tienen cabida los hombres de buena voluntad en la acción y en la obra humana y moral.
Dios te bendiga amigo, cómplice y alcahuete de los momentos mundanos que algún día logre corregir en la reinvidicacion y la reconciliación a través de tu ejemplar enseñanza, de lo que me quedo de la similitud de tus mayores aciertos.
CONTINUAREMOS….