Enfoque || Por actos de corrupción, egocéntrico y soberbio destituyen a Jacinto

 

 

Carlos Díaz Figueroa

Desviándose del legado y principios de la cuarta transformación, Jacinto González Verona fue destituido por utilizar recursos de morena para intereses personales en evidencias de corrupción en extremo y de plena verguenza.

Y claro fue en la sesión del consejo estatal que no se la iban a perdonar sus adversarios a quienes, bajo su liderazgo en la dirigencia pisoteo en su momento derechos de admisión e intentando usar su membrete entre el rencor en varios de ellos.

Este domingo fue el día entre la humillación y la verguenza para Jacinto un cuadro morenista con un egocentrismo y soberbia en extremo que lo único que venía ocasionado era un escenario de división al interior y exterior del partido guinda.

Se quiso poner con “Sansón a las patadas”, de entrada con quienes tienen el control politico en el estado, y, aunado a ello, todavía se confronto con los dos grupos liderados con mayor fuerza y presencia dentro y fuera del consejo estatal.

No solo por el abuso excesivo en actos de corrupción y otras debilidades políticas obedeció la destitución de Jacinto, al igual también fueron las causas a la falta de cordura para liderar de manera equilibrada entre los grupos morenistas.

Su comportamiento sin juicio y razón fue también causa de inconformidad entre la militancia y los que conforman el Consejo Estatal para que esté domingo se tomará tal decisión contra los excesos de corrupción y poder de un dirigente gris.

“No mentir, no traicionar y no robar” continúa siendo el centro para separar a quienes no cumpla con el patrón de conducta, y con solo hecho de corrupción nada puede estar por encima y al margen del legado de la cuarta transformación.

Y hay que decir las cosas con su nombre, Jacinto era un dirigente reprimido políticamente incluso nocivo con el sector femenino en actos de violencia de género, sin cuidar las formas de conducta y respeto a toda mujer por igual.

Y tanto es la ambición del membrete político que no se duda que habrá de intentar buscar espacios entre el chantaje y oportunismo para seguir en la ruta de la aspiración, de lo que no trasciende por su compartimiento egocéntrico y soberbia en extremo.