Por Efraín Flores Iglesias // No es la primera ocasión en que Mario Moreno Arcos amaga en irse del PRI. Lo ha hecho desde hace dos décadas. Y nunca se va.
No se fue en 2002 cuando lo vetaron para ser candidato a la Presidencia Municipal e impusieron al Dr. Saúl Alarcón Abarca. En esa ocasión también recibió ofertas del PRD, PAN y Convergencia para largarse del PRI.
Tampoco se fue en 2021 cuando lo traicionaron para llegar a la gubernatura, a pesar de haber sido un buen candidato. Lo curioso del caso es que se entregó a los brazos de su otrora verdugo político, el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, su actual jefe político.
Si no se fue después de denunciar la traición en 2021 y luego de ser bloqueado para ser presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor, y que en su lugar impusieran al gris de Alejandro Bravo Abarca, menos ahora.
Mario Moreno siempre espanta con el petate del muerto. Lo peor de todo es que se devaluó políticamente desde que se convirtió en chalán de Héctor Astudillo.
Haberse confrontado con Alejandro Moreno Cárdenas para seguirle la corriente a su jefe Astudillo, fue un grave error.
Mario Moreno desperdició la oportunidad histórica de convertirse en un importante líder opositor en Guerrero y conformar un grupo político al interior de su partido, ya que prefirió echarse a los brazos del que lo bloqueó siempre en el RIP.
¿El síndrome de Estocolmo?
Lo cierto es que don Mario no tuvo el coraje (tanates, dirían en mi pueblo) para romper con los que le impidieron ser gobernador y dirigente del Revolucionario Institucional.
Por cierto, su grupo político que lo apoyó para ser síndico procurador de Chilpancingo en 1996, diputado local en 1999, aspirante a la presidencia municipal de Chilpancingo en 2002, diputado federal en 2003 y 2009 y presidente municipal de Chilpancingo en 2005 y 2012, se ha diezmado y/o reducido.
Movimiento Ciudadano (MC), desde luego, espera con los brazos abiertos a Mario Moreno para que su oportunista dirigente estatal, Julián López Galeana, concrete su sueño dorado de llegar al Congreso local y ser un integrante de la LXIV Legislatura local. Y así, quedar bien con Dante Delgado Rannauro, el máximo jefe de MC y que hasta 1998 fue militante del PRI.
En 2002 fue chamaqueado por los ex gobernadores Rubén Figueroa Alcocer Ángel Aguirre Rivero, y por el entonces gobernador: René Juárez Cisneros.
Y actualmente lo manipula su amigo Astudillo.
Mario Moreno sólo ha sido utilizado por los perversos personajes de siempre.
Le falta leer “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo. Es cuanto.
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