Aún cuando son de la misma sigla morenista, no significa viable o similar las propuestas, en el caso de Marco Marban Galván, la oferta preelectoral sobresale en el sondeo entre los más de 20 aspirantes registrados a la alcaldía.
La preferencia obedece no tener un historial político reprobable, toda vez que no ha pertenecido a ningún otro partido político a comparación quienes desertaron del PRI por no tener un sentido de pertenencia de lealtad.
La aspiración de Marco Marban tiene como dirección con la capacidad de gestoría y en promover iniciativas en materia de educativa en su oportunidad en calidad de subsecretario de la SEG, entre otras de mayor relevancia.
Lo situa un fuerte a la alcaldía de Chilpancingo, cuya aspiración esta calificada con amplias posibilidades a la presidencia por su alto grado de capacidad y espíritu de servir en promover la educación en su oferta electoral.
Cabe hacer mención, que en Chilpancingo existen enunerables listas con nombres de personajes de los distintos partidos políticos para ocupar algunos espacios de elección y tambien en las listas por la vía plurinominal.
En donde se percatan decenas aspirantes registrados es el caso muy particular del partido Morena, donde se escuchan muchos nombres que aspiran llegar a gobernar los municipios del estado.
Derivado de ello, en la capital del estado es que más de la mitad de precandidatos al municipio de Chilpancingo tienen apenas unos meses o dos años, tres en algunos casos, que cambiaron siglas partidistas.
Es decir, dejaron las camisas blancas y se pusieron el chaleco guinda de Morena, lo cual están reprobados y rechazados totalmente en las diversas encuestas levantadas en voces en el descontento por la ciudadanía.
Por lo que, Marco Marbán Galván es el más viable a la alcaldía de Chilpancingo, toda vez que la aspiración esta calificada con amplio margen por su alto sentido de capacidad educativa que posee
Aunque no en lo particular, lo que si es una realidad es que morenistas que siguen los principios éticos, políticos y morales no ven con buenos ojos a los popularmente llamados “chapulines” que se quieren colgar de la marca de la 4T.