Contexto Político | Transfuguismo político en Guerrero

 

Por Efraín Flores Iglesias // En el PRI siempre ha habido imposiciones y/o dedazos. Muchos se favorecieron de esas decisiones cupulares. De hecho, algunos  personajes que ahora ven todos los defectos del tricolor cometieron imposiciones y favorecieron a sus amigos y familiares con candidaturas.

Y eso no es todo. También marginaron a muchos militantes con potencial político, cuyo único pecado fue no cuadrarse a sus intereses políticos y personales.

Ahora que fueron desplazados por uno de sus antiguos aliados, hacen berrinche y se van echando pestes.

Pero eso sí, cuando fueron legisladores, presidentes municipales y tuvieron la oportunidad de gobernar al estado, para ellos el PRI era lo máximo, el mejor partido…

Ya ocuparon muchos cargos y no se llenan. Quieren seguir pegados al presupuesto y disfrutar las mieles del poder.

No entienden que el pueblo de Guerrero ya los reprobó por sus excesos y soberbia pura. 

Es cierto, todavía tienen muchos seguidores, sobretodo, los que han colaborado con ellos en diferentes cargos y en diferentes épocas. Lo cual es entendible.

También son apoyados por los que se han beneficiado con obra pública y otros favores.

No están acostumbrados a vivir sin poder y estar rodeados de servidumbre, mucho menos estar lejos de los reflectores.

Son egocéntricos y les gusta fingir que están cerca del pueblo. Pero ya muchos los conocen bien.

Están molestos porque ya no pudieron controlar al viejo partido surgido después de la Revolución Mexicana. Y ahora buscan instalarse en un partido que presume ser ciudadano y hacer nueva política. 

Movimiento Ciudadano no es un partido con rostro joven. Su fundador y máximo líder nacional, Dante Delgado Rannauro, fue parte del viejo PRI y estuvo preso durante quince meses en el Penal de Pacho Viejo (Veracruz) por haber cometido los delitos de enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad, peculado y corrupción cuando gobernó a su estado.

Después de la severa derrota del tricolor en 2018, muchos personajes del PRI se quedaron huérfanos, ya que no tenían a un presidente amigo y líder en Los Pinos. Y cada quien vio la forma de resistir los efectos de la Cuarta Transformación.

Muchos apoyaron a Alejandro Moreno Cárdenas, ex gobernador de Campeche, para que fuera el nuevo líder del PRI; y frenaron a quien realmente tenía tablas políticas y cercanía con la militancia: Ivonne Ortega Pacheco.

Uno de los gobernadores que apoyó a “Alito” Moreno fue Héctor Astudillo Flores. Pero la relación entre ambos se enfrió después de las elecciones de 2021. Y hace un año se rompió completamente. Ya no había comunicación entre ambos.

“Alito” Moreno ya tenía otros planes y Héctor Astudillo ya no era confiable para él. Y el senador Manuel Añorve Baños se convirtió en el nuevo hombre fuerte del PRI en Guerrero.

Este miércoles (31 de enero de 2024), Héctor Astudillo anunció su renuncia al PRI y aprovechó el espacio para lanzarse contra “Alito” y contra las imposiciones que hay en el tricolor, olvidando que él también se distinguió en ese tipo de prácticas tan arraigadas en el sistema de partidos en México.

El transfuguismo –el cambio de un partido a otro por parte de la élite de políticos– no es nuevo en México, ni mucho menos en Guerrero. En agosto de 2010 también se fue del PRI otro ex gobernador: Ángel Aguirre Rivero.

A diferencia de los personajes centrales de esta columna, Ángel Aguirre fue recibido por un partido con gran presencia territorial e importantes liderazgos. Me refiero al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Y contó con el apoyo de importantes liderazgos nacionales y de otros dos partidos políticos: Convergencia y el PT.

Mario Moreno Arcos, quien en 2021 fuera candidato a la gubernatura por la alianza PRI-PRD, se fue del PRI el pasado lunes. Y, al igual que su nuevo patrón Héctor Astudillo, lo hizo cuestionando a “Alito” Moreno.

Además, lo hizo después de varios amagos. Desde 2002 amagó en irse del tricolor después de no obtener la candidatura de su partido para la presidencia municipal de Chilpancingo. En ese entonces, el gobernador René Juárez Cisneros y los ex gobernadores Rubén Figueroa Alcocer y Ángel Aguirre Rivero decidieron que el candidato sería el médico Saúl Alarcón Abarca.

Mario Moreno dio a conocer que había sido invitado para incorporarse a las filas del PRD, Convergencia y el PAN. Pero no se fue. Y como premio de consolación le dieron la diputación federal en 2003.

En 2005 el PRI lo hizo candidato a la presidencia municipal, y ganó. Y así creció políticamente, pero tenía en contra a Héctor Astudillo. 

Las diferencias políticas entre ambos fue del conocimiento público. Aunque ahora todo ha cambiado. Mario Moreno se ha convertido en el peón predilecto de su otrora verdugo político.

Mario Moreno habló de lealtades en su mensaje de renuncia al PRI. Pero se le olvidó decir que en la elección de gobernador de 2011 no le fue leal al PRI. Jugó las contras. Apoyó al candidato de la coalición PRD-PT- Convergencia, Ángel Aguirre Rivero.

Y como premio a su deslealtad al tricolor muchos de su equipo político ocuparon cargos en el gobierno estatal, aunque al poco tiempo fueron destituidos por presuntos manejos financieros. Continuará…

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